París.- "Tenemos un compromiso claro por parte del Reino Unido de seguir perteneciendo a la ESA", dijo Johann Dietrich Wörner, director general de la agencia europea, el pasado miércoles durante su tradicional encuentro de comienzos de año con los medios informativos. "Estamos investigando los diferentes detalles que pueden surgir con el Brexit para estar preparados para distintos escenarios".
En la víspera de esta reunión, el Parlamento británico acababa de rechazar el acuerdo Brexit de la primera ministra Theresa May, a menos de tres meses de la fecha prevista de salida de la Unión Europea por parte del Reino Unido. Wörner dijo que no hay gran diferencia entre si el Reino Unido es miembro de la UE o no, porque la ESA ya está acostumbrada a tratar con sus dos miembros no pertenecientes a la UE, Suiza y Noruega.
"La diferencia es que Noruega y Suiza ya tienen algunos contratos claros con la UE, y con el Brexit, no sabemos lo que está pasando", dijo Wörner. "Podría haber algunos efectos en los contratistas".
En medio de las dificultades para la industria europea de lanzamientos espaciales, y con el Brexit en el horizonte, los ejecutivos de la Agencia Espacial Europea (ESA)se enfrentan a un año desafiante, según puso de manifiesto su director general en el encuentro con los periodistas.
Woerner destacó su visión para 2019, al final del cual, la ESA celebrará su próxima reunión ministerial denominada “Space19 +”, que se celebrará bajo presidencia española en Sevilla los días 27 y 28 del próximo mes de noviembre, y en la que se aprobará la financiación de sus programas para los próximos años.
Este año veremos hitos cruciales en la transición europea de sus lanzadores Ariane 5 y Vega a los cohetes de próxima generación, Ariane 6 y Vega C.
El 25 de enero, el proveedor de lanzamiento Arianespace llevará a cabo la prueba de calificación motor-1 del cohete propulsor sólido P120C, dijo Daniel Neuenschwander, director de transporte espacial de la ESA. Con el cierre de una revisión crítica de diseño para finales de febrero, se decidirá el vuelo inaugural de Vega C. El mismo proceso para Ariane 6 concluirá a mediados de año, momento en el que se espera que se anuncie el primer vuelo de dicho lanzador.
Esta transición llega en un momento preocupante para el mercado europeo de lanzamientos. Arianespace, la primera empresa de lanzamientos comerciales y líder en el campo desde hace mucho tiempo, se ha enfrentado a un aumento en la competencia de los recién llegados, como SpaceX, y los pedidos de satélites de órbita geoestacionaria comerciales recientemente han experimentado un fuerte descenso.
"Para Ariane 6, tenemos registrados 14 lanzamientos , por lo que la producción debe comenzar muy pronto y muy rápidamente", dijo Neuenschwander. Siete de esos lanzamientos están destinados a misiones comerciales. En septiembre de 2018, Arianespace firmó su primer cliente comercial para Ariane 6, el operador de flota con sede en París Eutelsat, que encargó el lanzamiento de cinco satélites para 2027.
En Space19 +, Neuenschwander dijo que solicitará fondos adicionales para apoyar la transición a Ariane 6 y Vega C de los estados miembros de la ESA. Añadió que actualmente está negociando esa cantidad solicitada con socios de la industria. "Siempre soy optimista, pero es extremadamente desafiante", dijo Neuenschwander. "Probablemente afrontemos el mayor desafío para el sector del transporte espacial europeo desde el último fracaso de Ariane 5, en 2002".
Pero Neuenschwander no prevé un futuro en el que Europa abandone el mercado de lanzamientos. "Si quieres desarrollar tu sociedad, quieres asegurarte de que tienes tus propias capacidades autónomas", señaló..
Además de intentar asegurar una transición estable para los primeros modelos de estos nuevos lanzadores, Neuenschwander dijo que en Sevilla también propondrá “actividades para aumentar la competitividad” en Ariane 6 y Vega C, con un horizonte operativo para 2025.
También solicitará financiación "para preparar los bloques de construcción tecnológicos", como sistemas de propulsión más avanzados y etapas superiores, para que puedan decidir en la siguiente reunión ministerial en 2022 si Ariane 6 y Vega C pueden continuar siendo utilizadas con actualizaciones, o si la ESA necesita adoptar un enfoque más "radical" en el horizonte 2030.
Este año, Wörner redactará un Acuerdo de Asociación del Marco Financiero para definir mejor la relación entre la ESA y la UE, que ha aumentado sus actividades espaciales con programas como Galileo.
En una reunión ministerial intermedia en octubre, Wörner recibió un mandato de los estados miembros de la ESA para negociar los términos de la FFPA, y dijo que espera tener un primer borrador para fines de año para que el acuerdo pueda ser completado por el finales de 2020.
Esta semana, la ESA también ha anunciado su presupuesto para 2019, que es de 5.720 millones de euros, poco más del 2% respecto de los 5.600 millones de euros del pasado año.