Pekín.- El segundo explorador lunar chino, Yutu-2, que llegó la pasada semana al lado oculto de la Luna con la sonda Chang’e-4, ha empezado a rodar por la superficie lunar, con lo que la comunidad científica del país asiático espera lograr más descubrimientos en el mundo extraterrestre, según recoge la agencia Xinhua.
Yutu-2 descendió del módulo de alunizaje y posó sus ruedas sobre la superficie lunar la noche del pasado martes, dejando así las primeras huellas sobre el satélite natural de la Tierra, las cuales permanecerán intactas durante miles de años, ya que allí no hay viento ni lluvia.
Si bien el explorador de la sonda Chang'e-4 luce muy similar a su predecesor, Yutu, que viajó a bordo de Cheng'e-3, los ingenieros espaciales chinos lo han hecho más ligero, más inteligente, más fuerte y más fiable.
Los científicos esperan que Yutu-2 recorra una distancia más larga que su antecesor y envíe más imágenes del inhóspito paisaje lunar, "escuche" las historias grabadas en las antiquísimas rocas lunares, y encuentre más vestigios de la historia temprana de la Luna y del sistema solar.
El nuevo rover pesa 135 kilos, dos menos que Yutu, lo que lo hace, además, el más liviano en haber rodado sobre la Luna hasta ahora, destaca Jia Yang, diseñador jefe adjunto de la sonda Chang'e-4 y miembro de la Academia de Tecnología Espacial de China (CAST).
El equipo logró esta reducción de peso retirando un brazo robótico y reemplazándolo con un instrumento desarrollado por científicos suizos para analizar la radiación en el ambiente de la superficie lunar, explica Jia.
Al igual que su antecesor, que llegó a la Luna a finales de 2013, Yutu-2 está dotado de un radar capaz de explorar por debajo de la superficie con el fin de estudiar la estructura del suelo a poca profundidad, y también cuenta con un espectrómetro infrarrojo, cuya tarea es analizar la composición química de las sustancias lunares. Además, dos cámaras panorámicas toman imágenes en color de alta resolución.
El explorador, con una vida útil diseñada de tres meses, puede superar obstáculos con una altura de hasta 20 centímetros, y su velocidad máxima es de 200 metros por hora.
En la noche lunar, las temperaturas pueden descender hasta 180 grados centígrados bajo cero. Durante la misión Chang'e-3, el centro de control en Tierra decidió que el vehículo "dormiría" todas las noches, comenta Zhang He, directora ejecutiva del proyecto Chang'e-4, y también con la CAST.
Al llegar el amanecer, Yutu se despertaba automáticamente, pero necesitaba que el centro de control en Tierra le diera la orden de empezar a trabajar, agrega Zhang.
Por el contrario, Yutu-2 entra automáticamente en estado de inactividad dependiendo de la cantidad de luz solar que reciba, y asimismo está en capacidad de pasar a modo de trabajo por su propia cuenta.
"Decidimos hacer este ajuste porque la comunicación entre control de Tierra y la sonda en el lado oculto de la Luna es mucho más complicada que aquella con Chang'e-3 en el lado cercano", justifica.
Cinco años atrás, Yutu sufrió una falla mecánica después de recorrer alrededor de 114 metros. "Solucionar ese problema y asegurarnos de que no se repita era el principal reto a la hora de desarrollar el nuevo explorador", afirma Zhang Yuhua, del equipo de diseño del aparato.
"Hemos mejorado la distribución de los cables y tomado medidas para prevenir cortocircuitos. También aplicamos un diseño de aislamiento de fallos, de modo que si se presenta algún problema, no afecte todo el sistema", señala Sun Zezhou, diseñador jefe de Chang'e-4.
"En comparación con Yutu, nuestro segundo vehículo es más fuerte", asegura Shen Zhenrong, un diseñador de la CAST que trabajó en el desarrollo del Yutu-2. "Estamos confiados en que nuestro nuevo explorador podrá avanzar más sobre la superficie de la Luna y obtener mejores resultados", asegura Sun.