Madrid.- Indra lidera uno de los proyectos clave de la iniciativa Observación de la Tierra para el Desarrollo Sostenible (EO4SD), de la Agencia Espacial Europea (ESA), que promoverá que instituciones de financiación internacional y países en desarrollo aprovechen el enorme caudal de información recogida desde el espacio para reducir los riesgos frente a grandes desastres naturales.
Así, los satélites de observación de la Tierra son la forma más eficaz, rápida y fiable de disponer de cartografía actualizada a un coste reducido donde y cuando sea necesario, lo que supondrá salvar un uno de los principales escollos a los que se enfrentan los bancos de desarrollo como el Banco Mundial.
De este modo, el equipo industrial que Indra lidera abordará en los próximos dos años y medio, en colaboración con bancos de desarrollo de todo el mundo, algunos de los proyectos más ambiciosos puestos en marcha por la Agencia Espacial Europea hasta la fecha en este ámbito. Demostrará las ventajas que las tecnologías espaciales ofrecen a la hora de identificar con antelación los riesgos que los desastres naturales plantean a la población. Estos grandes proyectos piloto definirán productos de observación de la Tierra perfectamente adaptados a las necesidades concretas de estos usuarios y para probar su efectividad en proyectos de desarrollo sostenible reales.
Las ventajas que ofrecen las imágenes satelitales son enormes: permiten recoger de forma rápida y con gran detalle un amplio rango de parámetros como la distribución y densidad de la población, el tipo de edificaciones e infraestructuras que existen, los recursos disponibles, el tipo de vegetación, la elevación y grado de inclinación del terreno, etc.
Cruzando esta información con series históricas de imágenes satelitales y de datos recogidos in situ, se puede conocer, por ejemplo, qué zonas pueden verse afectadas por una inundación, en qué poblaciones e infraestructuras tendrá mayor impacto, qué áreas pueden sufrir deslizamientos del terreno o qué vías de evacuación se podrán utilizar.
El coste de estas imágenes es, a medida que aumenta el número de satélites, cada vez más bajo o llegan incluso a ser gratuitas y abiertas, como es el caso de las proporcionadas por los satélites Sentinel del programa Copernicus de la Unión Europea.
Su resolución también ha mejorado enormemente hasta el extremo de que algunos de los sistemas satelitales más avanzados ya son capaces identificar un vehículo desde el espacio, mientras que el empleo de imágenes radar, como complemento a las ópticas, permiten ‘ver’ tanto de noche como de día y a través de las nubes.
Por otro lado, estas imágenes se fusionan con la información que proporcionan otras fuentes, desde registros y estadísticas oficiales hasta las fotos y comentarios que los ciudadanos intercambian en redes sociales y foros abiertos. El grado de inteligencia que se puede recoger es enorme y la introducción de nuevas tecnologías como el big data o el data analytics facilita aún más esta tarea.
Con toda esta información en la mano, los países y bancos de desarrollo no solo pueden impulsar sus proyectos, sino también medir con total precisión los resultados obtenidos. Por primera vez, pueden contrastar el rendimiento que ofrece cada dólar o euro invertido de forma rápida y directa.