Washington.- Expertos del Gobierno de Estados Unidos han llegado a la conclusión de que los errores de ingeniería de Northrop Grumman provocaron que el satélite espía estadounidense Zuma cayese en el océano poco después de su lanzamiento el pasado 7 de enero.
El informe revela que un componente en la parte superior del cohete, llamado “adaptador de la carga”, no se liberó a tiempo del satélite en órbita. Este adaptador es el encargado de unir la carga (en este caso el satélite) de la parte superior del cohete. Al no liberar el satélite, el Falcon 9 lo trajo de regreso a la atmósfera y se desintegró tras separarse del cohete. Aunque la compañía probó tres veces el adaptador antes de la misión, falló en el espacio.
Los sensores de a bordo no informaron de inmediato de lo sucedido por lo que los responsables del lanzamiento no conocieron este error hasta que el satélite fue arrastrado a la atmósfera en la segunda etapa. El satélite, que ha costado unos 3.500 millones de dólares, finalmente se liberó, pero para entonces había caído a una altitud demasiado baja para ser rescatada, según publica The Wall Street Journal.
Poco después de la misión fallida, los líderes de varios comités del Congreso fueron informados sobre el lanzamiento fallido, asegurándoles que se había producido “una pérdida total y que no se preveían intentos de rescate”.