Brasilia.- “Pedimos al presidente Temer que no venda Embraer”, dijo Herbert Claros da Silva, vicepresidente del sindicato brasileño de trabajadores metalúrgicos de Sao Jose dos Campos, en una audiencia en el Senado. Líderes sindicales acusan al Gobierno de buscar un acuerdo entre Embraer y Boeing a espaldas de los brasileños, según informa la agencia Reuters.
“Nadie nos explica por qué esto es bueno para Brasil”, añadió el dirigente sindicalista durante la audiencia a la que fueron invitados también funcionarios de Gobierno y ejecutivos de Embraer, pero a la que éstos no acudieron. La audiencia fue convocada por el senador del Partido de los Trabajadores, Paulo Paim, para discutir las negociaciones entre Boeing y Embraer sobre una posible asociación, la cual el Gobierno tiene el poder de vetar.
No hubo otros senadores en la audiencia celebrada en la comisión de Derechos Humanos del Senado, aunque la sociedad Boeing-Embraer ha generado críticas de parte de políticos que podrían complicar un acuerdo a medida que se acercan las elecciones generales de octubre.
Embraer y Boeing no quisieron hacer comentarios sobre la audiencia. Un portavoz del Ministerio de Defensa, que lidera un grupo de trabajo en el Gobierno que examina el acuerdo, indicó que la audiencia era sobre puestos de trabajo y no sobre asuntos de defensa.
El Gobierno brasileño, que privatizó Embraer hace pocas décadas pero todavía posee una “acción de oro”, ha resistido la venta directa de la compañía a Boeing debido a preocupaciones sobre la pérdida de control soberano sobre sus programas de defensa.
Al parecer, ambas compañías buscar la aprobación gubernamental a un compromiso de acuerdo que involucraría a Boeing invirtiendo en una tercera compañía a crearse y que incluiría la división aerocomercial de Embraer, excluyendo su unidad de defensa.
Silva reconoció en la audiencia del lunes que la sociedad de ambas compañías sería inicialmente beneficiosa para Embraer, ya que Boeing ayudaría a comercializar sus aviones de corto alcance en todo el mundo.
Pero también dijo que muchos de los 14.000 trabajadores de las plantas de Embraer en Sao José dos Campos, la mitad de los cuales están sindicalizados, están preocupados por el futuro de sus empleos dentro de una década si terminan trabajando para una empresa estadounidense.