Pekín.- El laboratorio orbital experimental de China, el Tiangong-1, que reingresó en la madrugada de este lunes en la atmósfera terrestre, tras cuatro años y medio de vida operativa y seis años y medio después de su lanzamiento, marca un hito en la historia de la exploración del espacio como precursor de la futura estación espacial china.
El Tiangong-1 estuvo operativo dos años y medio más de lo previsto, hizo importantes contribuciones a la causa espacial tripulada de China y allanó el camino para que el país se convierta en el tercero del mundo en operar una estación espacial alrededor de 2022.
Su objetivo principal fue probar las tecnologías del encuentro y el acoplamiento entre naves espaciales y acumular experiencias para desarrollar una estación espacial, según informa la agencia Xinhua.
El Tiangong-1, de 8,5 toneladas de peso, 10,4 metros de longitud y 3,35 de diámetro, con un habitáculo de 15 metros cúbicos para la vida y trabajo de tres astronautas, fue lanzado el 29 de septiembre de 2011 a bordo de cohete Gran Marcha-2FT1 desde el Centro de Lanzamiento de Satélites de Jiuquan, ubicado en el noroeste de China.
Alrededor de un mes después del lanzamiento, China puso en órbita la nave espacial no tripulada Shenzhou-8. Y el 3 de noviembre de 2011, el Tiangong-1 y la Shenzhou-8 lograron el primer encuentro y acoplamiento automático del país a una altura de 343 kilómetros sobre la superficie de la Tierra. Los dos vehículos se separaron y acoplaron una segunda vez posteriormente durante la misma misión.
El exitoso encuentro y acoplamiento entre el laboratorio y la nave espacial Shenzhou-8 marcó un avance significativo en la tecnología espacial de China, convirtiendo a China en el tercer país del mundo, después de EE UU y Rusia, en dominar la técnica.
En junio de 2012, la nave espacial Shenzhou-9 fue lanzada al espacio para acoplarse en órbita con el Tiangong-1. Esta fue la primera misión de encuentro y acoplamiento tripulado de China. Se realizaron dos pruebas de acoplamiento, una automática y una manual, entre la Shenzhou-9 y el Tiangong-1.
También fue la primera vez que los astronautas chinos, el comandante de la misión Jing Haipeng, su compañero de tripulación Liu Wang y la primera mujer astronauta de China, Liu Yang, abordaron el Tiangong-1.
La misión permitió el transporte de astronautas y suministros al laboratorio espacial desde la Tierra. Se comprobó la capacidad del módulo del laboratorio espacial Tiangong-1 para respaldar el trabajo y la vida de los astronautas, el control del entorno, el manejo y el rendimiento del módulo de laboratorio y la nave espacial acoplada.
La misión significó que China había dominado por completo las tecnologías de encuentro y acoplamiento espacial, y que el país era plenamente capaz de transportar humanos y carga a un orbitador en el espacio, lo que es esencial para construir una estación espacial.
Lanzada en junio de 2013, la Shenzhou-10 se acopló con el Tiangong-1 en dos ocasiones, una de forma automática y otra manualmente, con el objetivo de seguir probando tecnologías diseñadas para acoplar y apoyar la estancia de astronautas en el espacio.
Tres astronautas, Nie Haisheng, Zhang Xiaoguang y Wang Yaping, pasaron 12 días en el Tiangong-1, donde realizaron experimentos médicos espaciales y pruebas técnicas. La astronauta Wang Yaping pronunció una conferencia para estudiantes en la Tierra sobre los principios físicos básicos a través de un sistema de vídeo en directo, inspirando el entusiasmo de la ciudadanía por la ciencia y la exploración espacial.
El laboratorio completó sus misiones principales con el regreso de la Shenzhou-10 a la Tierra en junio de 2013. A partir de entonces, realizó experimentos en tecnología espacial, detección remota de espacio-Tierra y exploración del entorno espacial. Terminó su servicio de envío de datos el 16 de marzo de 2016.