Washington.- El ADN de los astronautas muta de manera permanente tras un periodo de tiempo prolongado en el espacio, según concluye The Twins Study, un estudio hecho público por la Nasa de los genes de los gemelos Scott y Mark Kelly, dos hermanos astronautas, uno de los cuales permaneció casi un año en la Estación Espacial Internacional (ISS).
El Twins Study reunió a diez equipos de investigadores de todo el país para lograr un objetivo: descubrir qué le sucede al cuerpo humano después de pasar un año en el espacio. La Nasa tenía una idea de lo que le sucede al cuerpo después de las misiones de seis meses de duración estándar a bordo de la ISS, pero la misión de un año protagonizada por Scott Kelly supone un escalón con vistas a una misión de tres años a Marte.
En la primera parte del estudio llevada a cabo durante 2017, los diez equipos de investigadores presentaron sus hallazgos preliminares. Los informes incluyeron datos sobre lo que le sucedió a Scott Kelly, fisiológica y psicológicamente, mientras estaba en el espacio, y compararon los datos con su hermano Mark.
En la segunda parte se corroboraron los hallazgos del pasado año con algunos añadidos. Se ha presentado lo encontrado en Scott tras su regreso a la Tierra y después de compararlo con Mark.
Finalmente, la tercera parte se desarrollará el presente año, cuando se publiquen oficialmente los resultados definitivos de la investigación.
Scott y Mark Kelly compartían un ADN genético hasta el viaje al espacio del primero. A su vuelta a la Tierra, tras 340 días en la ISS, un 7% de sus genes ha cambiado de manera irreversible. Uno de los intereses del estudio no solo era saber si estas modificaciones tenían lugar, sino descifrar si serían permanentes o reversibles.
Los genes que se han visto afectados por estos cambios son los asociados a la formación ósea, a la ausencia de oxígeno y al sistema inmunológico. Estas modificaciones tendrían que ver con el hecho de haber estado un año flotando en microgravedad y lo que esto conlleva. Es decir, estrés por falta de oxígeno, aumento de la inflamación y cambios en los nutrientes que se ingieren habitualmente.
Después de regresar a la Tierra, Scott comenzó el proceso de readaptación a la gravedad terrestre. La mayoría de los cambios biológicos que experimentó en el espacio volvieron rápidamente casi a su estado de verificación previa. Algunos cambios volvieron a la línea de base dentro de las horas o días del aterrizaje, mientras que algunos persistieron después de seis meses.
Los telómeros de Scott (tapas de los cromosomas que se acortan a medida que uno envejece) se volvieron significativamente más largos en el espacio. Si bien este hallazgo se presentó en 2017, el equipo verificó este cambio inesperado con múltiples ensayos y pruebas de genomas. Además, un nuevo hallazgo es que la mayoría de esos telómeros se acortaron a los dos días del regreso de Scott a la Tierra.
Otro descubrimiento interesante se refería a lo que algunos llaman el "gen espacial", al que se aludió en 2017. Los investigadores ahora saben que el 93% de los genes de Scott volvieron a la normalidad después del aterrizaje. Sin embargo, el 7% restante apunta a posibles cambios a largo plazo en genes relacionados con su sistema inmune, reparación de ADN, redes de formación ósea, hipoxia e hipercapnia.
El aumento de la duración de la misión de la típica misión ISS de seis meses a un año no produjo disminuciones significativas en el rendimiento cognitivo de Scott durante el vuelo y en relación con su hermano gemelo Mark en la Tierra. Sin embargo, una disminución más pronunciada en la velocidad y la precisión se informó después del vuelo, posiblemente debido a la nueva exposición y ajuste a la gravedad de la Tierra, y el apretado calendario que envolvió a Scott después de su misión.