ámsterdam.- Este jueves puede ser decisivo para el constructor aeronáutico europeo. La Junta Directiva de Airbus se enfrenta a la decisión de su CEO,Tom Enders, de renunciar a un nuevo mandato en 2019, y antes, la marcha del director de Operaciones y presidente de la Unidad de Aviones Comerciales, Fabrice Brégier, además de las jubilaciones de otros altos directivos.
Turbulencias en la alta dirección del grupo aeronáutico. El tándem formado por Tom Enders y Fabrice Brégier vive sus últimos momentos. El año 2018 marcará un punto de inflexión radical para Airbus a nivel del equipo directivo. Los rumores de abandonos de ejecutivos se expanden por los medios informativos.
A la renuncia al tercer mandato del máximo directivo, Tom Enders, publicada por el diario Le Figaro, se añadía la posible salida de Fabrice Brégier a comienzos del año próximo anunciada por el periódico económico Les Echos.
A ello habría que sumar el reciente e inesperado abandono del CTO, Paul Eremenko, flamante director de Tecnología del Grupo, promovido por Enders.
Pero es que, además, está el capítulo de las jubilaciones en puestos elevados. A la ya conocida marcha del director comercial, el carismático John Leahy, el hombre de los 16.000 aviones vendidos, el norteamericano capaz de elevar a Airbus a la categoría de competidor máximo de Boeing, están las despedidas de Charles Champion, jefe de Ingeniería de la Unidad de Aviación Comercial; de Didier Evrand, ex director del programa A350, que luego se convirtió en jefe de todos los programas de aviones comerciales; y Tom Willians, director de Operaciones.
Para sustituir a Leahy Airbus ha encontrado en Eric Schulz, de Rolls-Royce, el hombre adecuado. Marc Fontaine, jefe de transformación digital, está ocupando provisionalmente el puesto dejado vacante por Eremenko. Y Jean-Brice Dumont, de Airbus Helicopters, parece ser el llamado a relevar a Champion. Se desconocen los posibles sucesores de Evrard y Willians.
La reunión de la Junta Directiva de este jueves buscará contener los perjuicios derivados de las investigaciones judiciales en marcha a nivel internacional y la posible reacción en cadena de la salida de los altos ejecutivos del Grupo, según indican fuentes internas. Todo hace indicar que se hace frente a un año 2018 difícil, no sólo por la necesidad de garantizar el crecimiento sino también por la inestabilidad gerencial.