Stevenage.- El próximo jueves, en las instalaciones de Airbus en Stevenage, Reino Unido, los medios de comunicación podrán contemplar el satélite Sentinel-5 Precursor antes de su envío al cosmódromo de Plesetsk, en Rusia, para su lanzamiento en septiembre. También podrán conocer cómo esta misión revolucionará la monitorización de la calidad del aire.
La contaminación del aire es un grave problema de salud medioambiental que afecta tanto a los países desarrollados como a aquellos en desarrollo, por lo que nunca ha sido tan importante vigilar el aire que respiramos. El objetivo de Sentinel-5P es elaborar un mapa de los distintos gases traza, como el dióxido de nitrógeno, el monóxido de carbono y el metano, que afectan a la calidad del aire.
El satélite ayudará a identificar puntos calientes de contaminación, en los que la salud pública podría estar en riesgo. Además, contribuirá a los servicios de advertencia por altos niveles de radiación UV, que causa el cáncer de piel, y a la vigilancia de cenizas volcánicas para la seguridad aérea.
Gracias al instrumento Tropomi, el más avanzado de su clase, Sentinel-5P cartografiará la totalidad del planeta cada 24 horas. La disponibilidad de información precisa y actualizada ayudará en la toma de decisiones para luchar contra la contaminación del aire y el cambio climático.
Si bien Tropomi fue desarrollado conjuntamente por la ESA y la Oficina Espacial de los Países Bajos (NSO), su construcción ha corrido a cargo de un consorcio de 30 empresas liderado por Airbus, tanto en Reino Unido como en los Países Bajos, y se ha llevado a cabo gracias a la estrecha colaboración entre la ESA y la Comisión Europea.
Sentinel-5P se unirá a los otros cinco satélites Sentinel en órbita como parte del programa europeo de vigilancia medioambiental.