En la tarde del 11 de junio de 2107, falleció en su residencia de Palma de Mallorca Pedro Meaurio Juanmartiñena (1940-2017), ingeniero aeronáutico (1965), director de los aeropuertos de Palma de Mallorca (1979-1999) y de Málaga (1999-2002).
Meaurio fue un técnico brillante y un gestor excepcional, que supo aunar en su labor la cercanía humana con una gran altura de miras para liderar la dirección aeroportuaria en unos años especialmente difíciles para el Organismo Autónomo Aeropuertos Nacionales y para Aena.
Junto a Vicente Almoguera, José Ramón López Villares y Alfonso López-Barajas, protagonizaron la difícil transición de la gestión aeroportuaria desde unas estructuras militares, vetustas y rígidas, a una posición abierta de amplio reconocimiento internacional.
Pedro Meaurio impregnó el aeropuerto palmesano de un talante y un buen hacer que trascendió a todos y cada uno de las personas que en él trabajaban. Su labor creó escuela en los cientos de profesionales que tuvimos la suerte de trabajar a su lado.
Profundo conocedor del mundo aeroportuario y de las compañías aéreas, supo crear en los aeropuertos en los que trabajó, las condiciones que permitieron el desarrollo del transporte aéreo en nuestro país, dirigiendo la acción y adelantándose a la gran liberalización que vendría años después.
Pedro Meaurio se sentó por vez primera con los usuarios, ya fueran estos sencillos pasajeros, compañías aéreas o concesionarios de servicios. Escuchó sus necesidades, e intentó darles respuestas con los escasos instrumentos jurídicos y técnicos que estaban en sus manos, y que supo suplir con imaginación, esfuerzo y tesón.
A su gran labor profesional unía una humildad impropia de sus vastos conocimientos que regalaba generosamente a cuantos le rodeábamos y que dejaba transcender su gran dignidad humana.
Los que formamos parte de la gran familia aeroportuaria estaremos siempre en deuda con la gran labor profesional que realizó Pedro Meaurio, por sus enseñanzas y por su buen hacer.
Descanse en paz, nuestro maestro y nuestro amigo del alma.
Luis Utrilla Navarro