Madrid.- Con la reestructuración y el ERE de Aena en 2013, han salido al mercado muchos de los que durante bastantes años han dirigido los aeropuertos españoles con un bagaje de experiencia que es muy valorado en el exterior. De la mano de organismos internacionales como OACI, IATA y ACI, transmiten sus conocimientos a lo ancho del mundo.
Parodiando la frase bíblica, se cumple aquello de que “las piedras que desecharon los albañiles -es decir, Aena-, se han convertido en piedra angular para los arquitectos”.
La exportación de bienes y servicios es considerada parte decisiva de la economía de cualquier país. En el caso de España, el incremento de las exportaciones es uno de los aspectos de nuestra economía que se considera más positivo para la salida de la crisis porque sirve entre otras cosas para diversificar la actividad económica, más allá de la construcción, por ejemplo.
Pero, además de la exportación de bienes y servicios, España exporta mucho conocimiento y, en concreto, en el campo de la actividad aeronáutica.
De todos es conocida la actividad de las constructoras españolas en aeropuertos internacionales tanto en la construcción pura de los edificios, pistas, etc… como en la gestión, ORAT y demás, pero lo que ya no es tan conocida es la actividad de muchos expertos españoles que, trabajando en organismos como OACI, IATA y ACI viajan por el mundo transmitiendo su conocimiento adquirido durante muchos años de experiencia en los aeropuertos españoles.
IATA, por ejemplo, dispone de un grupo de expertos instructores que viajan por todo el mundo impartiendo un amplio catálogo de cursos que cubren prácticamente todas las áreas de la actividad aeroportuaria.
Algunos profesionales, que en sus últimos años han ocupado puestos de relevancia en Aena y de los que ésta se deshizo a través del ERE, han sido aprovechados por esos organismos internacionales. Varios se incorporaron al equipo de expertos formadores de IATA para impartir cursos en todas las regiones del mundo desde áfrica, hasta Sudamérica pasando por las diferentes sedes de IATA en Singapur, Montreal o ámsterdam donde personas de muy diferentes países han recibido la formación de los expertos españoles.
Según nos cuentan, los cursos que imparten de la mano de IATA son eminentemente prácticos y cubren desde las diversas áreas de alta gestión , estrategia empresarial, etc.. hasta la operación del aeropuerto en todas sus ramas, donde los participantes reciben las experiencias de antiguos directores generales o de responsables operativos con la posibilidad de compartir sus problemas para buscar las soluciones.
También en OACI, en su sede central de Montreal, hay expertos españoles colaborando en los planes de formación y consultoría de los proyectos aeroportuarios de muchos países.
Por todo ello, podemos concluir que, una vez más, la experiencia demuestra que el valor de los profesionales españoles está mucho más valorada fuera que dentro de España, y que debe formar parte de los valores intangibles de la marca España, ya que la transmisión del conocimiento es una gran puerta de entrada para otros activos más tangibles.