Shanghai.- El C919 del constructor aeronáutico chino COMAC, que pretende ser el tercero en discordia entre el B737 del estadounidense Boeing y el A320 del europeo Airbus, y que este viernes ha realizado su primer vuelo en Shanghai, se enfrenta ahora a un largo y complicado proceso de certificación.
COMAC, que ya construyó el pequeño avión regional bimotor ARJ-21 de entre 79 y 90 asientos, tardó seis años en obtener su certificación por las autoridades chinas, hasta finales de 2014, y ha empezado ahora a comercializarlo. No obstante, hasta el momento no ha conseguido obtener la luz verde de la Administración Aeronáutica norteamericana, quedando relegado así a vuelos internos en China, según recoge la agencia AFP.
El objetivo de la certificación del C919 se prevé también complicado. La tarjeta de acceso norteamericana es indispensable para sobrevolar Estados Unidos y es obligatoria para los aviones destinados a vuelos internacionales.
Para COMAC también podría resultar difícil convencer a los potenciales compradores, externos a China, en un mercado internacional "bloqueado por Airbus y Boeing", señaló Shukor Yusof, analista en Malasia para el gabinete Endau Analytics. Frente a estos gigantes, que ya tienen "una larga historia y productos probados desde hace tiempo", la empresa china deberá ganar en credibilidad y esto "no va a llegar en diez años", indicó a la AFP. Además, la ausencia de una red internacional de servicio post-venta y de mantenimiento podría ir en detrimento de COMAC.