Los ángeles.- Una familia californiana fue obligada a desembarcar de un avión de la compañía Delta Airways por negarse a ceder a otro pasajero por un problema de overbooking el asiento ocupado por su hijo de dos años y cuyo billete había adquirido, según denunció la familia.
El hecho ocurrió el pasado día 23 de abril, un mes que ha resultado pródigo en incidentes violentos protagonizados por las compañías aéreas norteamericanas con algunos de sus pasajeros, grabados en vídeo y difundidos a través de las redes sociales.
La familia Schear, pretendía volar de regreso a su casa en Los Angeles desde Hawaii para lo que adquirió los billetes del avión. Cuando estaban acomodados en sus respectivos asientos, un miembro de la tripulación, según se ve en uno de los vídeos difundidos, pidió al padre de familia que cediera a otro pasajero el asiento que ocupaba el más pequeño de sus hijos y sentara a éste encima de sus rodillas, lo que desaconseja la propia compañía y la FAA norteamericana.
El pasajero, Brian Schear, se negó alegando que había pagado el asiento ocupado por su hijo, a lo que un oficial de seguridad replicó que “estaba cometiendo un delito federal por lo que él y su esposa irían a prisión y sus dos hijos entregados a un hogar adoptivo” y a continuación obligó a desembarcar del avión a toda la familia.
Inicialmente, según reconoció el señor Schear el billete fue adquirido para su hijo mayor de 18 años, quien había regresado más temprano a su casa en otro vuelo. Delta recomienda comprar billete para los niños menores de dos años, como establece la FAA. El problema se habría debido a que la compañía no permite la transferencia de billetes, como intentó hacer la familia con sus dos hijos.
Por su parte, a través de un comunicado, Delta lamentó el incidente, a la vez que manifestó que lo estaba analizando con la familia Shears para conocer exactamente qué fue lo que sucedió y adoptar una solución.
Brian Schear dijo que cuando fueron expulsados del avión había cuatro o cinco personas esperando para ocupar sus asientos; que Delta no sólo no les reembolsó el importe de sus billetes y que su familia tuvo dificultades para encontrar una habitación de hotel, pagarlo y debió adquirir al día siguiente nuevos billetes por 2.000 dólares para otro vuelo, esta vez en United.