Madrid.- Bajo la presidencia del jefe de Estado Mayor del Aire (JEMA), general Francisco Javier García Arnáiz, ha arrancado este lunes el III Congreso Nacional de la Ingeniería Aeronáutica, organizado por el Colegio Oficial de Ingenieros Aeronáuticos (COIAE) con escaso número de congresistas y un elevado repertorio de reivindicaciones profesionales.
El director general de Aviación Civil, ángel Luis Arias destacó los retos con los que, a su juicio, se enfrentarán los ingenieros aeronáuticos: seguridad operacional, incremento del tráfico aéreo, calidad y tratamiento de los pasajeros, sostenibilidad medioambiental, integración de los drones en el espacio aéreo, reforma institucional aeronáutica en Europa y el factor humano.
Por su parte, el profesor Amable Liñán, premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica, que pronunció la lección inaugural, hizo un esbozo histórico de la actividad aeronáutica española destacando el primer hito, el de la invención del autogiro por el ingeniero Juan de la Cierva, cuyo primer vuelo se realizó en 1923.
Destacó la historia salpicada de nombres ilustres y logros notables en el periodo entre Congresos de la Ingeniería Aeronáutica: el de 1956 y el de 1993, éste con éxito rotundo de asistencia con más de 1.000 congresistas, según la hemeroteca, y en el que entre sus conclusiones, se decidió que el próximo Congreso se celebrara en el siguiente decenio. No ha sido así, sino que han pasado más de 21 años.
Domingo Ureña, presidente de Airbus Group España, insistió una vez más en la necesidad de invertir en I+D+I y en mejorar la planificación. “Vamos a dejar de ser referentes en composites por la reducción en inversión en I+D+I”, lamentó y echó en falta un pacto político para un Plan Estratégico Nacional, cosa que ya ha denunciado en otras ocasiones en foros parecidos.
Finalmente, la decana del COIAE y presidenta de la Asociación de Ingenieros Aeronáuticos, Estefanía Matesanz, reivindicó mayor protagonismo de estos profesionales como uno de los motores más importantes del desarrollo de la ingeniería aeronáutica, pieza clave para el sector: en el transporte aéreo, en las instituciones y empresas relacionadas con el mismo.
Según la decana,”una mayor participación del ingeniero aeronáutico redundará en el desarrollo de la ingeniería en seguridad, fiabilidad, empleo e innovación. Todo ello, con la necesaria y reconocida participación activa de las empresas, que son las que arriesgan el capital y promueven proyectos innovadores, así como el apoyo de las instituciones”.
Por otro lado, ha recordado a las comunidades autónomas que los puestos públicos relacionados con la aviación, las infraestructuras y el transporte aéreo que debieran ser ocupados por ingenieros aeronáuticos, sean respetados. “Entendemos que, por ejemplo, la dirección responsable de infraestructuras aeroportuarias o de transporte aéreo de una comunidad autónoma tenga un equipo multidisciplinar formado por varios ingenieros y personal de otras titulaciones, pero no entendemos que en dichos equipos no haya un ingeniero aeronáutico”.
El COIAE ha reclamado mayor apoyo a los jóvenes ingenieros, para evitar la salida masiva de talento de nuestro país. Matesanz ha indicado que “exportar nuestros conocimientos aeronáuticos es muy positivo, pero no tanto dejar escapar a todos los ingenieros, formados en nuestras universidades, por falta de trabajo. Por tanto, reclamamos mayores ayudas de las instituciones a las universidades para que nuestros ingenieros puedan quedarse a investigar dentro del país, y apoyo a las empresas y los emprendedores para que puedan desarrollarse, crecer y generar empleo. El Colegio será un colaborador activo para este fin”.
Además, se ha subrayado la necesidad de una mayor cooperación entre empresas, instituciones, universidad e ingeniería para incrementar el desarrollo del sector y ser más competitivos. En ese sentido, Matesanz ha apuntado que “el COIAE puede y quiere jugar un papel clave como enlace entre estos actores”.
Por último, ha apuntado que el Colegio ha iniciado este año una nueva etapa, “una etapa en la que hay que reinventarse y hacer que la institución sea de la máxima utilidad, a pesar de los momentos económicos complicados que se están viviendo”.