Berlín.- El módulo espacial Philae, desprendido de la nave Rosetta y posado sobre el cometa 67P/Churyumov–Gerasimenko, antes de que se quedara sin baterías encontró moléculas orgánicas que contienen carbono, la base de la vida en la Tierra, según los primeros datos recibidos por la Agencia Espacial Europea (ESA).
Los científicos no han determinado si las moléculas halladas incluyen los complejos compuestos que forman las proteínas. Uno de los objetivos principales de la misión es descubrir si los compuestos basados en el carbono y, a través de ellos, en última instancia la vida, llegaron a la Tierra en cometas.
Los cometas se remontan al momento en que se formó el sistema solar y conservan moléculas orgánicas antiguas como si fueran una cápsula del tiempo. El instrumento en Philae para analizar el gas (COSAC), pudo "oler" la atmósfera y detectar las primeras moléculas orgánicas tras su llegada al cometa, según el Centro Aeroespacial Alemán (DLR).
El miércoles de la semana pasada el módulo Philae se desprendió de la sonda espacial Rosetta y logró posarse en el cometa. Sin embargo, desde el sábado se encuentra inactivo porque no recibe suficiente luz solar para recargar sus paneles solares. Pero la batería que lleva a bordo, con autonomía para dos días, le permitió hacer algunos descubrimientos importantes con sus diez instrumentos a una distancia de 511 millones de kilómetros.
El taladro SD2, el último de los diez instrumentos que se activó, realizó pruebas en el suelo y descubrió las primeras moléculas orgánicas, con presencia de carbono. Además, la herramienta MUPUS para medir la densidad y propiedades térmicas y mecánicas de la superficie del cometa mostró que no era tan blanda como se había creído.
Un sensor térmico que se suponía sería colocado a 40 centímetros bajo la superficie no pudo ser instalado. El DLR explicó que tras superar los 10-20 centímetros de una dura capa de polvo, el sensor alcanzó una capa de material que sería tan duro como el hielo.