Friedrichshafen.- Airbus Defence and Space desarrolló el telescopio de una de las dos cámaras remotas de imágenes ópticas, espectroscópicas e infrarrojas (Osiris) que se usaron hace dos semanas para localizar los posibles puntos de aterrizaje para la sonda de Rosetta en la superficie del cometa 67P/Churyumov-Guerasimenko.
La extrema precisión requerida para ejecutar esta tarea fue posible gracias a un material en el que Airbus Defence and Space viene especializándose desde hace muchos años: carburo de silicio.
La decisión de usar dicho material estuvo apoyada en criterios esenciales para el éxito de la misión Rosetta: por tratarse de un material muy ligero, fue posible aumentar el tamaño y, por ende, el grado de precisión del sistema Osiris. Su extraordinaria estabilidad térmica a baja temperatura garantiza una resolución de imágenes sin precedente y también permitió prescindir de un sistema de control térmico activo, de modo que la energía producida por los paneles solares se pudo aprovechar para otras funciones vitales de Rosetta. El carburo de silicio aportó al sistema Osiris el nivel de prestación óptica necesario para permitir a los especialistas de la misión analizar minuciosamente la superficie del cometa e identificar el punto de aterrizaje que alberga el mayor interés para los científicos.
Las cámaras Osiris han sido desarrolladas bajo el liderazgo del MPS (Max-Planck-Institut für Sonnensystemforschung) en Alemania, y la estructura de SiC fue comisionada por el LAM (Laboratorio de Astrofísica de Marsella) en Francia.
El carburo de silicio es un material cerámico dos veces más duro que el acero, ultraligero y extremadamente resistente a la distorsión resultante de la fluctuación térmica. Al igual que los telescopios espaciales suministrados a las misiones Gaia y Herschel de ESA (Agencia Espacial Europea) y los instrumentos desarrollados por Airbus Defence and Space para diversas misiones de observación de la Tierra, el avanzado equipamiento suministrado a Rosetta saca partido de la inigualable experiencia que la empresa tiene en el campo de los telescopios de carburo de silicio.
Junto con su socio Boostec, Airbus Defence and Space ha creado un sector económico que hoy en día se ve coronado de éxito gracias a toda una serie de logros en el ámbito espacial. El carburo de silicio se produce en la región de Midi-Pyrénées y se exporta a todo el mundo para ser utilizado en múltiples aplicaciones para misiones de ciencia espacial institucionales, así como comerciales (satélites de observación de la Tierra).
La misión Rosetta permitirá a los científicos estudiar los orígenes del sistema solar dado que –a diferencia de los planetas– el material en el núcleo de los cometas no ha sufrido cambios ocasionados por la tectónica o la erosión desde que se formaron hace unos 5.000 millones de años. Los cuerpos celestes de este tipo son, en cierta forma, archivos congelados que los científicos ahora pretenden descifrar.
Airbus Defence and Space actúa como contratista principal industrial de la misión Rosetta en nombre de ESA y gestiona el proyecto desde su planta en la localidad alemana de Friedrichshafen. Mientras que equipos británicos han sido responsables del diseño estructural de la plataforma de Rosetta, así como del complejo sistema de propulsión, equipos franceses y españoles han suministrado, respectivamente, el sistema de aviónica (entre otros) y el sistema de antena de media ganancia. En total, la misión Rosetta ha reunido a un equipo industrial de más de 50 subcontratistas de 15 países distintos.
Airbus Defence and Space es el socio clave de ESA en el ámbito de la investigación planetaria. En este sentido cabe destacar que la empresa no solo tuvo el liderazgo industrial durante la misión espacial Giotto, que en 1986 sobrevoló el cometa Halley y en 1992 el cometa Grigg-Skjellerupe. Airbus Defence and Space también fue responsable de las sondas Mars Express y Venus Express en 2003 y 2005, respectivamente, y lo es de BepiColombo, que llegará a Mercurio en 2016.
La empresa también desempeñará un papel clave en la misión ExoMars (programada para 2018), ya que desarrollará el robot explorador (rover) para esta misión de la ESA.