Washington.- El Gobierno norteamericano desarrollará controles de seguridad más rigurosos para los aeropuertos dentro y fuera de EE UU para extremar las precauciones contra el ébola, aunque considera que las posibilidades de un brote en su país son "extremadamente bajas", según ha anunciado esta semana su presidente, Barack Obama.
"Vamos a trabajar en protocolos para hacer más controles de seguridad a los pasajeros, tanto en los países de origen como aquí en EE UU", dijo Obama tras una reunión con miembros de su gabinete y su equipo de seguridad nacional centrada en el ébola.
"Los países que creen que pueden quedarse al margen y dejar que EE UU lo haga, deben saber que resultará una respuesta menos eficaz, menos rápida, y eso significa que morirá gente", advirtió el presidente. "Y también significa que será más inminente la potencial extensión de la enfermedad fuera de esas áreas en áfrica Occidental", agregó.
Por su parte, responsables de salud de ese país presentarán en los próximos días nuevos procedimientos de control en los aeropuertos con objeto de hacer frente a la entrada del virus. ”Estamos trabajando intensamente en el proceso de control, tanto en los lugares de origen como de llegada", dijo Thomas Frieden, director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). "Vamos a revisar absolutamente cada paso que demos para reforzar este proceso", añadió.
El examen de los viajeros a su llegada a EE UU servirá para detectar pasajeros que hayan desarrollado fiebre durante sus vuelos, pero también planteará nuevos retos a los responsables del control de fronteras y a las tripulaciones de los aviones, según han expresado algunos expertos del sector aeronáutico.
Los controles llevados a cabo en aeropuertos desde el pasado mes de agosto impidieron el embarque de 77 pasajeros, de los cuales 74 tenían fiebre y los tres restantes presentaban otros síntomas. La mayoría resultó tener malaria y ninguno padecía ébola.