Madrid.- El comité ejecutivo de la Unión Sindical de Controladores Aéreos (Usca) acordó posponer por un mes la convocatoria de su asamblea nacional prevista para ayer con el fin de seguir negociando su convenio con la empresa Enaire, cuya presidencia se encuentra vacante desde que su presidente, Rafael Catalá, fuera nombrado ministro de Justicia.
Con ocasión de la negociación del convenio denunciado por la empresa, en las últimas semanas el sindicato de controladores valoró la posibilidad de emprender diversos paros parciales, lo que podría haber supuesto serias dificultades precisamente en la última fase del proceso de enajenación parcial de Aena, filial de Enaire.
El sindicato que agrupa a la mayoría de los controladores aéreos difiere del criterio de la empresa, que se niega a reconocer la ultra actividad indefinida del segundo Convenio Colectivo que recoge el laudo arbitral de 27 de febrero de 2011 de Manuel Pimentel, acogiéndose de esa forma a la reforma laboral.
El mes próximo se cumplirá un año de la denuncia del convenio por parte de la empresa y, según la legislación laboral, si las negociaciones no concluyen en un acuerdo, Enaire estaría autorizado a aplicar sobre los 2.200 controladores convenios sectoriales como los que rigen en las torres de control liberalizadas.
Usca considera que la vigencia del laudo es indefinida hasta que no se firme un nuevo convenio, dado que la reforma laboral fue posterior al laudo.
Los controladores alegan, además, que en estos últimos cuatro años han visto reducido su sueldo en su sueldo en más un 40% mientras que se ha incrementado su jornada laboral, por lo que reclaman que, en caso de producirse incrementos de ingresos por aumento de tráfico, aquellos pudieran repartirse como prima de productividad, planteamiento que rechaza la empresa, según el sindicato, que indica que Enaire pretende que, si el 24 de octubre no hay acuerdo, las condiciones laborales del colectivo pasarán a regirse por el Estatuto de los Trabajadores.