Washington.- Las autoridades norteamericanas investigan la peligrosa aproximación de un avión al Air Force One con el presidente Donald Trump a bordo el pasado viernes cuando éste se dirigía a Palm Beach, en Florida, según informa Abc News.
El avión, que volaba en paralelo al Boeing 747 presidencial, debería haber mantenido una separación de por lo menos 5 kilómetros y medio de éste, que se dirigía a la finca Mar-a-Lago para pasar el fin de semana.
Ambos aviones mantuvieron contacto visual entre sí y en comunicación con el control de tráfico aéreo, sin que hubiera riesgo de colisión en ningún momento, aseguran las fuentes informantes.
El avión presidencial es considerado la "Casa Blanca en el aire", por lo que su entorno aéreo alrededor, mientras el presidente está a bordo, es cuidadosamente monitoreado y bajo estrictas medidas de seguridad.
Funcionarios están investigando las razones detrás del incidente de "pérdida de separación", que probablemente incluirá entrevistas de pilotos y controladores.