Moscú.- Un equipo de buzos de los efectivos de búsqueda del Tupolev 154 ruso, que cayó al mar negro el día de Navidad con 92 personas a bordo, ha recuperado ya varios cadáveres de entre los restos del fuselaje del avión, así como una de sus cajas negras, según ha anunciado este martes el Ministerio ruso de Defensa.
Según la agencia TASS, la caja negra recuperada será trasladada en las próximas horas al Centro de Investigación de las Fuerzas Aéreas de Rusia, situado en la ciudad de Liúbertsi, en la región de Moscú, donde los especialistas procederán a decodificar la información que permita esclarecer la causa del accidente.
Los buzos elevaron a la superficie dos elementos de la unidad de dirección, que han sido identificados por sus números de serie como pertenecientes al avión caído. Los fragmentos fueron hallados a una profundidad de 30 metros y a 1.700 metros de la costa. Los restos del avión siniestrado quedaron esparcidos en un radio de unos 500 metros.
Más de 3.500 personas, así como 45 embarcaciones, 12 aviones, 10 helicópteros, tres drones y varios vehículos de inmersión profunda están participando en la operación de búsqueda y rescate.
Las autoridades rusas han descartado la posibilidad de un ataque terrorista. De momento, la versión prioritaria sobre las causas del siniestro es el choque de objetos ajenos al avión contra un propulsor del aparato. Además de ésta, se manejan otras hipótesis como el error humano, combustible de baja calidad que llevó a la pérdida de potencia del aparato y fallo técnico.