Darmstadt.- El satélite Sentinel-3A de Copernicus ha dado un nuevo paso hacia su total operatividad al hacer públicos los primeros datos de su Instrumento para el Color de la Tierra y los Océanos (OLCI), que vigila la salud de nuestro planeta.
Tras su lanzamiento en febrero, el satélite y sus instrumentos se han probado a fondo y se han ido perfeccionando hasta llegar a este importante hito.
Sentinel-3A transporta un conjunto de instrumentos que lo convierten en el más complejo de la flota Copernicus.
Ha sido diseñado para medir los océanos, la tierra, el hielo y la atmófera para monitorizar las dinámicas globales a gran escala y ofrecer información crítica en tiempo casi real para numerosas aplicaciones terrestres, marítimas y meteorológicas.
El equipo de validación de Sentinel-3, formado por usuarios expertos, lleva recibiendo muestras desde mayo. Su respuesta es esencial para que tanto la ESA como Eumetsat garanticen la máxima calidad de los datos, necesaria para la multitud de aplicaciones operacionales a las que la misión prestará servicio.
En julio, una vez terminada la revisión final de puesta en servicio, se detectaron un par de puntos que debían resolverse antes de hacer públicos los primeros datos de forma oficial.
Susanne Mecklenburg, responsable de la misión Sentinel-3, explica: “Es imprescindible que estos datos de primer nivel tengan la máxima calidad posible, por lo que estamos extremando las precauciones. Es muy gratificante ver cómo ahora los usuarios de todo el mundo pueden disfrutar de los datos del Instrumento para el Color de la Tierra y los Océanos del satélite”.
“Los datos de los otros dos instrumentos -el Radiómetro para la Temperatura Superficial del Mar y la Tierra (SLSTR) y el Altímetro Radar de Apertura Sintética (SRAL)- se distribuirán en noviembre y diciembre, respectivamente”.
El Instrumento para el Color de la Tierra y los Océanos monitorizará los océanos mundiales y las aguas continentales, incluyendo el fitoplancton, la calidad del agua, las floraciones de algas nocivas, el transporte de sedimentos en áreas costeras, los fenómenos de El Niño y La Niña, y el cambio climático.
También dará apoyo a las observaciones del estado de la vegetación y las cosechas, y ofrecerá estimaciones de nubes y aerosoles atmosféricos: todo ello aportará beneficios significativos a la sociedad al permitir una toma de decisiones más informada.
Mientras que las operaciones del satélite Sentinel-3A corren a cargo de Eumetsat, la misión es gestionada conjuntamente por esta organización y la ESA.
Aunque la ESA es responsable de los productos de datos terrestres, y Eumetsat de los productos marinos, todos ellos están disponibles para su aplicación gracias a los servicios de Copernicus.
Hilary Wilson, responsable del proyecto Sentinel-3 de Eumetsat, explica: “Con la publicación de los primeros datos operacionales de Sentinel-3A culmina el duro trabajo de la ESA, Eumetsat y los equipos de usuarios expertos”.
“La publicación constituye un hito importante para el Servicio de Vigilancia de Entornos Marinos de Copernicus y para toda la comunidad de vigilancia marina”.
“Las operaciones rutinarias del satélite se han llevado a cabo sin contratiempos desde que Eumetsat se hizo cargo de él en julio; nuestro objetivo ahora es poner a disposición de la comunidad el resto de productos marinos”.