Miami.- El fundador y presidente de SpaceX, Elon Musk, se ha dirigido a la Nasa, a otras agencias y a los internautas, en general, a través de su cuenta en Twitter, solicitando "apoyo y asesoramiento” en la investigación de la explosión el pasado día 1 de su cohete Falcon 9, “el fallo más difícil y complejo que hemos tenido en 14 años".
También ha solicitado a los internautas que le envíen por correo todas las filmaciones existentes sobre el hecho.
Aunque no hubo víctimas personales, la explosión ocasionó la destrucción del cohete lanzador y el satélite Amos-6, primero con el que Facebook pretendía proveer del servicio de internet a zonas rurales de áfrica.
La explosión ocurrió durante la operación de llenado de combustible en una prueba rutinaria conocida como "de fuego estático" en Cabo Cañaveral, Florida.
En un video de ABC News se observa la explosión del cohete en una enorme bola de fuego, después de una serie de explosiones y finalmente una densa columna de humo que cubrió el cielo de Cabo Cañaveral con una nube negra.
"Todavía estamos trabajando en la investigación de la explosión del Falcon", escribió Musk en Twitter. "En particular, estamos tratando de explicar el sonido de la explosión que se escuchó pocos segundos antes de que estallara la bola de fuego", escribió Musk. "Puede venir del cohete o de alguna otra parte".
Y añadió que apreciará mucho cualquier apoyo o recomendación de parte de la Nasa, la administración federal de aviación (FAA) y la Fuerza Aérea estadounidense. Concluyendo con una llamada general a todos los ciudadanos: “Por favor envíen por correo electrónico cualquier grabación del incidente a report@spacex.com".
Musk ha detallado las condiciones del cohete en el momento de la explosión, concretando que sus motores estaban apagados y que "no había ninguna fuente de calor que pudiera provocar la explosión". Al referirse a un supuesto objeto misterioso que habría podido impactar al cohete y que ya provocado varias teorías conspirativas, el empresario sostuvo que "no descartan" esa posibilidad.
Detrás de esta solicitud de auxilio, está la cuestión económica que subyace a un accidente de este tipo. Normalmente, todos los lanzadores, las cargas y las naves espaciales están aseguradas. El problema es que parece que había una cláusula que especificaba que para cubrir los daños al Falcon 9 y su carga el cohete tenía que haber hecho ignición, pero el accidente más reciente de SpaceX se generó por un fallo en la plataforma; el cohete no había sido encendido. De ser esto cierto, SpaceX, Facebook y Eutelsat, el fabricante del cohete, tendrán que asumir la pérdida por completo.
Además del factor económico, el accidente supone un grave revés para Zuckerberg y su empresa, Dacebook, que necesitaban tener el satélite Amos-6 completamente operativo para el 1 de enero, o de lo contrario podría perder la sociedad con Eutelsat, lo que redundaría en perjuicio de Musk y su compañía SpaceX. De hecho, sus otras sociedades, Tesla Motors y SolarCity, ya han registrado una caída del valor de sus acciones de casi 780 millones de dólares.