Nueva York.- El A320 de la compañía aérea estatal egipcia EgyptAir, que el pasado 19 de mayo cayó al mar Mediterráneo con 66 personas a bordo, podría haberse desintegrado en pleno vuelo tras un incendio cerca o dentro de la cabina de mando, según los oficiales egipcios que llevan a cabo la investigación, informa el diario estadounidense 'The New York Times'.
Los primeros resultados de la investigación del siniestro, que posiblemente se darán a conocer en un informe preliminar en los próximos días apuntan a que el avión se desintegró en el aire y no al caer al agua. Pero los investigadores no han conseguido determinar si el incendio que supuestamente causó la catástrofe fue resultado de un fallo mecánico o una acción deliberada.
A esta conclusión han llegado los investigadores tras analizar las cajas negras del avión siniestrado junto con el examen del estado y la distribución de los restos recuperados, incluyendo los restos humanos, según las autoridades forenses y aeronáuticas de El Cairo, recogidas por el diario neoyorquino, y para las que hay evidencia suficiente para descartar que el piloto hubiera hecho caer deliberadamente el avión al agua.
Desde el hallazgo de los restos del avión, el mes pasado, los investigadores y los equipos de búsqueda han ido elaborando el mapa de la superficie abarcada por los restos distribuidos en el suelo marino, aproximadamente a unos 3.000 metros de profundidad, con cámaras submarinas especializadas. Los restos humanos recuperados fueron enviados a un depósito de cadáveres de El Cairo para su análisis.
Según expertos aeronáuticos consultados por el periódico, la ausencia de restos de gran tamaño y su relativamente amplia dispersión a lo largo del fondo marino indican que el avión se rompió en el aire, aunque no explican a qué pudo deberse. Un avión que se rompe al impactar con el agua suele dejar importantes volúmenes de restos, incluyendo partes del fuselaje, alas y otras piezas grandes e identificables, tales como motores o tren de aterrizaje. La ausencia de cadáveres completos es otro indicador de una desintegración en el aire, según dichos expertos.
"Los restos humanos nos van a indicar unos hechos, al igual que los restos del avión”, ha dicho Frank Ciaccio, un ex investigador forense de la Junta Nacional de Seguridad del Transporte de Estados Unidos, en una entrevista realizada el mes pasado. "Si usted ve una gran fragmentación de los restos, por lo general, estudia si se ha podido deber a una explosión o a una interrupción en el vuelo. Por lo general, si se encuentran dispersos es una pista de que a bordo se ha producido una ruptura", añadió.
Un miembro del equipo investigador egipcio manifestó que la caja negra que registra las voces en la cabina de pilotos (CVR) indicó que el estado de ánimo de éstos era relajado minutos antes de que el avión se desviara de su ruta. Los miembros de la tripulación escuchaban música y charlaban amistosamente cuando el piloto, Shoukair Muhammad, de 36 años, de repente dijo que había un incendio a bordo e instó al copiloto, Mohamed Mamdouh Assem, de 24 años, para que consiguiera un extintor. Fue el último sonido humano registrado en la caja negra.
La información registrada en la otra caja negra, la de los datos del vuelo, así como una serie de alertas automáticas enviadas por el avión a una base, sugieren que, en los minutos antes de perderse el contacto por radar, se detectó una densa humareda en un lavabo, próximo a la cabina de pilotos. Los investigadores también han examinado piezas metálicas de la parte delantera del avión que han podido ser recuperadas y que están ennegrecidas, lo que parece indicar que el incendio adquirió alta temperatura.
Safwat Musallam, presidente de la compañía EgyptAir, se negó a comentar los últimos hallazgos, pero en una entrevista el mes pasado dijo: "Está claro que ha sido un acto terrorista”. Y aludiendo al atentado contra el avión ruso sobre la península del Sinaí en octubre del pasado año en el que murieron 224 personas y el posterior secuestro de un avión de Egyptair el pasado mes de mayo, añadió: “tendría que estar loco para no ver aquí el mismo patrón”.