Pasadena.- La misión Juno de la Nasa se aproxima cada vez más a su objetivo final: el planeta más grande del sistema solar, Júpiter. En la noche del 4 de julio, Juno encenderá su motor principal durante 35 minutos, lo que colocará a la nave en una órbita polar alrededor del gigante gaseoso.
Será un encuentro planetario atrevido: el gigante Júpiter se encuentra en el más duro entorno de radiación conocido, y la Juno ha sido especialmente diseñada para navegar con seguridad en ese nuevo territorio, asegura la Nasa.
"Actualmente estamos reduciendo la distancia entre nosotros y Júpiter a 6,5 kilómetros por segundo", dijo Scott Bolton, investigador principal de Juno en el Instituto de Investigación del Suroeste en San Antonio, Texas. "Pero la gravedad de Júpiter está tirando de la nave más fuerte cada día y, para el momento de la llegada, la velocidad habrá alcanzado casi 70 kilómetros por segundo. En ese momento, el motor de la nave servirá de freno para facilitar la inserción en órbita", añadió.
El equipo de la misión Juno está utilizando las últimas semanas para evaluar y reevaluar cada paso en el proceso de inserción en la órbita de Júpiter, contando con eventos de muy baja probabilidad y ejecutándolos. Dos escenarios han sido identificados. El primero es un cambio en la forma en que Juno saldría de modo seguro si se activa este sistema de protección ante una anomalía o condición inesperada. Un segundo elemento implica una actualización de software de menor importancia.
"Estamos en la última prueba y revisión de la secuencia como parte de nuestros preparativos finales para la inserción en órbita de Júpiter", dijo Rick Nybakken, director del proyecto Juno de la Nasa en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena, California. "A lo largo del proyecto, incluyendo las operaciones, nuestro proceso de revisión ha buscado lo probable, lo improbable y luego lo muy improbable. Ahora estamos ante eventos muy poco probables que la inserción orbital podría derivar", agregó.