Washington.- El astronauta de la Nasa Jeff Williams abrió ayer como estaba previsto la escotilla del módulo Tranquilidad que da acceso a la compuerta del módulo hinchable BEAM acoplado a la Estación Espacial Internacional (ISS) y junto con el cosmonauta ruso Oleg Skripochka, entraron por vez primera para tomar muestras del aire interior y datos de otros sensores.
Williams comunicó a los controladores de la misión en el centro de Houston que BEAM parecía intacto, que hacía frío en el interior, pero no había evidencia de condensación en sus superficies internas.
Tras su visita, los astronautas cerraron de nuevo la escotilla y volverán de nuevo hoy y mañana a comprobar más datos de otros sensores.
Durante los dos años de prueba, los astronautas comunicarán los datos y las mediciones recogidos de los sensors y evaluarán regularmente el estado del modulo hinchable.
Esas pruebas permitirán sobre todo determinar si el módulo puede ofrecer protección frente a las radiaciones solares y cósmicas así como contra los micrometeoritos y otra basura especial y las temperaturas extremas.
"Los primeros pasos en BEAM van a llevar más allá las fronteras de los hábitats en el espacio",manifestaron desde la ISS antes de esta primera visita.
La Nasa logró el pasado día 28 de mayo hinchar y presurizar BEAM y después el astronauta Williams abrió ocho depósitos de aire dentro del módulo, llevando la presurización a un nivel cercano al de la ISS.
Con un peso de 1,4 toneladas, BEAM mide unos cuatro metros de ancho por 3,23 metros de largo cuando está completamente inflado con aire respirable. Su volumen se multiplica así por 4,5, lo que produce un espacio de 16 metros cúbicos, equivalente al de un pequeño cuarto.
La empresa Bigelow Aerospace construyó ese módulo tras firmar un contrato de 17,8 millones de dólares con la Nasa.