Washington.- Para hoy está previsto que el astronauta norteamericano Jeff Williams, controlador del módulo hinchable BEAM acoplado a la Estación Espacial Internacional (ISS), entre en el interior de dicho módulo para verificar las condiciones del medio ambiente del mismo.
El BEAM fue lanzado hacia la ISS el pasado 8 de abril a bordo de la nave de carga Dragon de SpaceX desde la base de la Fuerza Aérea de Cabo Cañaveral en Florida y se adjuntó al módulo Tranquilidad de la estación una semana más tarde.
Williams en la ISS, en combinación con los técnicos de la Nasa y de la empresa Bigelow Aerospace desde el Centro de Control de la Misión en el Centro Espacial Johnson de la agencia espacial en Houston, procedió al hinchado del módulo BEAM llenándolo de aire durante más de siete horas de operaciones el pasado 28 de mayo.
La entrada de Williams en el módulo BEAM marca el comienzo de un proceso de recopilación de datos de dos años. El astronauta norteamericano tomará una muestra de aire, abrirá las tapas de las válvulas de ventilación hasta ahora cerradas, instalará los conductos para contribuir a la circulación del aire, recogerá datos de los sensores de despliegue y manualmente procederá a abrir los tanques utilizados para la presurización asegurando que todo el aire ha sido liberado.
A continuación, instalará los sensores que se utilizarán para la tarea principal del proyecto consistente en la recogida de datos sobre el ambiente térmico del hábitat hinchable en el espacio y su reacción a la radiación y la resistencia a los micrometeoritos y desechos orbitales.
Durante el período de prueba, el módulo normalmente permanecerá cerrado durante los dos años próximos. Los astronautas entrarán tres o cuatro veces al año para recoger los datos de temperatura, presión y radiación, y para evaluar su condición estructural.
Totalmente inflado, el módulo inflado acoplado a la ISS mide casi 4 metros de largo por algo más de 3 metros de diámetro, con un volumen habitable de 16 metros cúbicos. “BEAM es una demostración de tecnología de la que vamos a aprender más acerca de cómo este tipo de hábitats funcionan en un ambiente de microgravedad”, ha dicho la Nasa.