Bruselas.- Las imágenes proporcionadas por el satélite Sentinel-1A de la Unión Europea (UE), equipado con radar, han revelado una elevación y un hundimiento de distintas partes del suelo en la región donde Corea del Norte viene ejecutando sus pruebas nucleares, según el servicio de información comunitario Cordis.
Valiéndose de esas imágenes, un equipo de investigadores ha recabado información nueva sobre la sacudida que recibió la tierra a causa de la misteriosa prueba nuclear ejecutada por Corea del Norte el pasado mes de enero. Según la información difundida por medios de comunicación de aquel país, el pasado 6 de enero el hermético Estado norcoreano detonó bajo tierra una bomba de hidrógeno (ninguna fuente independiente ha corroborado que la explosión se debiera, en efecto, a tal clase de bomba). Los datos registrados por dicho satélite podrían ser esenciales de cara a confirmar este extremo.
El Sentinel-1A cuenta con tecnología de interferometría, la cual permite detectar movimientos de la superficie terrestre y apreciar diferencias entre imágenes del «antes» y el «después» captadas por radar, incluso alteraciones muy leves de la composición del suelo. Los datos recabados muestran que, en el lugar de la detonación, una zona se hundió hasta 7 cm y otra se elevó entre 2 y 3 cm.
Las imágenes han sido difundidas por el Instituto de Geociencias y Recursos Naturales (BGR) de Alemania, que asesora al Gobierno federal de este país sobre cuestiones relacionadas con el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (TPCE).
“Es un hallazgo de gran importancia. Antes las pruebas nucleares solo podían localizarse empleando datos de índole sismológica; ahora nos brindan indicios otras tecnologías”, puntualizó Nicolai Gestermann, geofísico del BGR, en declaraciones a la BBC. éste presentó la investigación al respecto en la Asamblea General de la Unión Europea de Geociencias (EGU) celebrada esta semana en Viena (Austria).
Según las investigaciones, todas las pruebas realizadas por Corea del Norte en los años 2006, 2009, 2013 y 2016 han tenido lugar en un emplazamiento llamado Punggye-ri o P'unggye-yok, en una región apartada del Este del país, cerca de la población de Kilju.
La prueba nuclear del pasado enero -que, según sismólogos, tuvo una magnitud de 5,1- podría no haber sido una explosión termonuclear, como asegura Corea del Norte. Los investigadores ven muchas características comunes a las de la prueba de 2013, que según fuentes científicas bien pudo ser la detonación de una bomba convencional diseñada a propósito para aparentar ser una prueba nuclear. La cantidad de energía liberada en la prueba de enero fue de 10 kilotoneladas de TNT equivalente, informó Gestermann.
Anteriormente, un equipo de investigadores efectuó un análisis similar en relación con una serie de pruebas nucleares subterráneas ejecutadas por el Gobierno de los Estados Unidos, para examinar su impacto sobre la superficie en cierto emplazamiento de Nevada.
El satélite Sentinel-1A registró imágenes del lugar de la prueba unos días después de ésta, el 13 de enero, imágenes que pudieron compararse con las adquiridas en fecha anterior, el 1 de enero. No obstante, dado el lapso temporal entre la detonación y la captación de las imágenes, no es posible determinar si la deformación del suelo se produjo en el momento de la explosión o en los días posteriores.