Barcelona.- Un año después de la tragedia del vuelo Germanwings, que fue estrellado deliberadamente por su copiloto el 24 de marzo de 2015, provocando la muerte de los 150 ocupantes, 50 de ellos españoles, tendrán lugar estos días en Le Vernet (Francia) y en los aeropuertos de Barcelona y Düsseldorf actos de homenaje en memoria de las víctimas.
El presidente del Gobierno español en funciones, Mariano Rajoy, asiste esta mañana en el aeropuerto de El Prat, en Barcelona, acompañado por la ministra de Fomento en funciones, a los actos conmemorativos. El homenaje tendrá lugar en la terminal T-2 y está organizado por la Asociación de Afectados del vuelo de Germanwings en la víspera del primer aniversario del siniestro. Al mismo asistirán también el presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.
En Barcelona, la ciudad de donde salió el vuelo, y en Düsseldorf, la ciudad de destino a donde nunca llegó, se descubrirán placas conmemorativas.
Por otra parte, cientos de personas se congregarán también este jueves cerca del lugar de la tragedia, en los Alpes franceses, delante del monolito de piedra situado en las afueras de Le Vernet,localidad cercana al lugar del impacto, donde se celebrará una ceremonia en la que se leerán los nombres de todas las víctimas y se guardará un minuto de silencio.
La ceremonia tendrá lugar justo a las 10:41, hora del impacto. Están previstos discursos de familiares y después los participantes se dirigirán al cementerio del pueblo para dejar una ofrenda floral. En ese lugar, varios meses después de la tragedia, fueron enterrados los restos sin identificar. La última inhumación fue el pasado 17 de marzo. Los cuerpos que pudieron ser identificados fueron devueltos a sus familiares una semana después de la catástrofe.
La ceremonia ha sido organizada por la compañía aérea Lufthansa, que reservó un área restringida para las familias con el objetivo de que la conmemoración transcurra en la intimidad, lejos de la prensa. También está prevista una marcha hasta el lugar del impacto, situado a 1.500 metros de altura, ese día y también el viernes.
Este miércoles familiares de las víctimas se reunirán en Marsella para una ceremonia en la que no están previstos discursos y que también transcurrirá lejos de la prensa. Tampoco asistirá ningún jefe de Estado ni primeer ministro a la ceremonia.
En la catástrofe murieron 144 pasajeros y seis miembros de la tripulación, incluido el copiloto Andreas Lubitz. Las víctimas eran originarias de 19 países, entre ellas 72 alemanes y 50 españoles. La catástrofe generó interrogantes inéditos en materia de seguridad aérea.