Madrid.- La E-nose, un dispositivo electrónico para detectar contaminación microbiológica por bacterias u hongos a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS) desarrollada por Airbus Defence and Space, va a poderse utilizar a partir de ahora de una manera aún más flexible con una nueva sonda.
Cuando el lanzador Soyuz TMA-20M despegue a finales de esta semana desde el puerto espacial de Baikonur, en Kazajistán, hacia la ISS con tres astronautas a bordo, llevará consigo nuevos instrumentos para la E-nose, desarrollada por Airbus D&S para el centro aeroespacial alemán (DLR). Entre ellos se encuentra una sonda flexible de 70 centímetros de longitud con forma de manguera para la toma de muestras.
La sonda flexible puede rastrear contaminación bacteriana detrás de bastidores y paneles u otro tipo de lugares de difícil acceso. Esta manguera no es simplemente una extensión del dispositivo, sino más bien un elemento externo del instrumento. El sistema coaxial (un tubo dentro de otro) contiene filtros y reguladores de humedad y puede adherirse al área que se está comprobando. Las cabezas para la toma de muestras se reemplazan tras cada uso para evitar la contaminación de anteriores mediciones.
La E-nose se encuentra a bordo de la ISS desde finales de 2012 y para lograr su certificación tuvo que superar tres series de ensayos. Si bien los resultados de los ensayos de esta fase debían traerse a la Tierra en tarjetas de memoria para poderse evaluar, los nuevos elementos permitirán en el futuro recibir los datos y evaluarlos prácticamente en tiempo real en la propia ISS. De esta forma se podrá realizar directamente un control ambiental según un procedimiento que se probará en un ensayo de dos años de duración con diferentes tripulaciones de la ISS.