París.- La Oficina francesa de Investigación y Análisis para la Seguridad de la Aviación Civil (BEA) ha pedido en sus conclusiones sobre la tragedia del A320-211 operado por Germanwings que los médicos alerten a las autoridades de aviación civil y a las compañías aéreas cuando la salud mental de un piloto pueda amenazar la seguridad pública.
El informe final sobre el siniestro ocurrido en los Alpes franceses el 24 de marzo de 2015 en el que murieron 144 pasajeros y seis tripulantes del avión que despegó de Barcelona y tenía programado aterrizar en Düsseldorf, se ha hecho público esta mañana. Las averiguaciones llevadas a cabo por la BEA son independientes de la investigación por homicidio que realiza la fiscalía francesa para determinar las responsabilidades de carácter penal, si las hubiere.
Los técnicos de seguridad aérea que han investigado durante este año el caso concluyen su informe pidiendo que los organismos de aviación civil establezcan nuevas normas para requerir que los profesionales médicos alerten a las autoridades cuando la salud mental de un piloto pueda amenazar la seguridad pública.
Esta petición es consecuencia del descubrimiento por parte de los investigadores de que el copiloto del avión, Andreas Lubitz, había recibido tratamiento por depresión en el pasado y había acudido a consultas de decenas de médicos en las semanas previas al suceso. El proceso de certificación de pilotos no identificó los riesgos que planteaba el profesional en cuestión.
En concreto, un médico derivó a Lubitz a una clínica psiquiátrica dos semanas antes de que estrellara el avión contra los Alpes. Sus síntomas en ese momento “podían ser compatibles con un episodio psicótico”, según indicó Arnaud Desjardin, responsable del equipo de investigación. Pero esa información "no se le proporcionó a la compañía aérea”, añadió.
Ni los médicos ni el propio paciente informaron a las autoridades ni a la compañía para la que éste trabajaba de la situación mental en que se encontraba, “por lo que no pudieron tomar ninguna medida para impedirle volar", señala el informe de la BEA que concluye: Lubitz estrelló deliberadamente el avión A320-211 cuando volaba de Barcelona a Düsseldorf.