Cabo Cañaveral.– La empresa estadounidense SpaceX consiguió, por fin, el viernes en su quinto intento poner en órbita el satélite de la empresa luxemburguesa SES a bordo de su cohete Falcon, pero falló en su pretensión de recuperar el lanzador aterrizando controladamente sobre una plataforma flotante en el océano Atlántico.
El lanzamiento, aplazado en cuatro ocasiones, se efectuó este viernes desde la base de la Fuerza Aérea norteamericana en el Cabo Cañaveral, en Florida. El satélite de telecomunicaciones de órbita lejana SES-9 se desplegó tras la separación de la segunda etapa del Falcon 9 unos 30 minutos después del despegue. Alcanzó luego la altitud prevista de 40.600 km por encima del Ecuador, precisó Elon Musk, director ejecutivo de SpaceX.
El satélite, cuya función será permitir la cobertura de telecomunicaciones de los países de la zona Asia-Pacífico, fue ensamblado por Boeing.
El intento de SpaceX de recuperar la primera etapa del cohete para futuros lanzamientos resultó nuevamente fallido. La sección más grande del Falcon 9 se separó correctamente pero se perdió durante el proceso de amerizaje sobre la plataforma flotante en el Atlántico, a unos 640 kilómetros de las costas de Florida.
“El cohete aterrizó bruscamente sobre la plataforma. No se esperaba que funcionara”, escribió Musk en su cuenta de Twitter. “Hay buenas oportunidades para el próximo lanzamiento”, añadió. SpaceX había indicado la semana pasada tener pocas esperanzas de lograrlo debido al excesivo peso del satélite SES-9 y a su colocación en una elevada órbita geoestacionaria. A la primera etapa del Falcon 9 le quedó entonces poco combustible para efectuar su regreso de manera controlada a la atmósfera.
SpaceX logró por primera vez el año pasado hacer aterrizar de forma controlada la primera etapa del Falcon 9 en Florida poco después de su lanzamiento. La empresa norteamericana considera fundamental recuperar el primer cuerpo del cohete para su reutilización, lo que supondrá una reducción de costes, ya que sus componentes cuestan millones de dólares y suelen terminar como desechos tras cada lanzamiento.