Ginebra.- La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) ha condenado el aumento imprevisto del impuesto que grava a los pasajeros aéreos y que dañará a la competitividad económica italiana y provocará la pérdida anual de 2.300 puestos de trabajo.
Con efecto inmediato, este mes de enero, sin previo aviso ni consulta, las autoridades italianas han anunciado un aumento del 33 al 38% en su impuesto, que supondrá un coste extra de 2,50 euros por cada pasajero. Los pasajeros tendrán que pagar 10 euros en impuestos cada vez que vuelen desde aeropuertos próximos a Roma, y 9 euros para los vuelos desde otros aeropuertos italianos. Ninguno de los ingresos recaudados por este impuesto se reinvierte en la aviación, sino que se desvía para fines generales, denuncia la IATA.
"Este salto repentino en el coste de los vuelos en Italia sólo puede causar daño al pueblo italiano y su economía. El incremento en el impuesto reducirá en más de 755.000 el número de pasajeros y el PIB en 146 millones de euros al año”, aduce Rafael Schvartzman, vicepresidente regional de IATA para Europa.
“Unos 2.300 puestos de trabajo se perderán anualmente, lo que significa que a finales de esta década se habrán perdido innecesariamente más de 9.000 puestos de trabajo. En lugar de aumentar este impuesto ineficiente e ineficaz, el gobierno italiano debería promulgar urgentemente políticas para fomentar el crecimiento de las conexiones de transporte aéreo, que han demostrado para mejorar el empleo, la innovación y las actividades culturales”, añade el vicepresidente.
“El Gobierno debe comenzar con una revisión a gran escala de la base económica del impuesto, con vistas a su eliminación completa. Las aerolíneas y los pasajeros no deben convertirse en una fuente fácil de ingresos para cualquier Gobierno", concluye l Schvartzman.
La experiencia en otros lugares de Europa, como en los Países Bajos e Irlanda, muestran que la eliminación de los impuestos aumenta el tráfico y beneficia a la economía del país. Italia tiene una serie de otras cuestiones fiscales y de regulación que IATA ha pedido al Gobierno con la reforma, para mejorar la competitividad, asegura la Asociación en su comunicado.