París.- ExoMars, una misión fruto de la colaboración entre la Agencia espacial Europea (ESA) y la agencia espacial rusa, Roscosmos, abrirá una nueva era para Europa, pues deja atrás la observación remota y apuesta a favor de la exploración de la superficie de Marte.
La primera misión ExoMars, que se lanzará en marzo y llegará en octubre de 2016, incluye un satélite para el estudio de Gases Traza, cuya misión es intentar determinar el origen biológico y geológico de importantes gases traza en Marte y el módulo EDM (demostrador de entrada, descenso y aterrizaje), encargado de someter a examen las tecnologías necesarias para la misión de 2018 y futuras misiones en Marte.
El próximo día 15 el director general de ESA, Jan Woerner, se reunirá con los medios informativos para hacer un resumen de los logros alcanzados por la agencia en el pasado año y las oportunidades que se abren en 2016.
Además de la misión ExoMars, antes citada, en el área de las telecomunicaciones desde órbita geoestacionaria, la ESA espera con impaciencia el lanzamiento de otra colaboración de tipo público y privado, programado para el último trimestre de 2016: SmallGEO.
SmallGEO es una plataforma geoestacionaria modular polivalente que está poniendo en manos de la industria europea la oportunidad de desempeñar un papel significativo en el mercado comercial de las telecomunicaciones.
La primera aplicación de SmallGEO está destinada al satélite Hispasat Advanced Generation 1 (AG1), una colaboración de carácter público y privado entre la ESA y el operador español que proporcionará servicios multimedia más rápidos en España, Portugal, Islas Canarias y América.
La sólida colaboración de la ESA con la UE dará como resultado varios lanzamientos que se producirán durante el año. En octubre asistiremos al lanzamiento de los próximos cuatro satélites Galileo -por primera vez en un lanzador Ariane 5-, con los que sumarán 16 satélites en el espacio y darán comienzo los servicios iniciales.
El programa de observación de la tierra Copérnico, una iniciativa conjunta de la ESA y la Comisión Europea, también nos traerá el lanzamiento de varios satélites.
Sentinel-3A, previsto para enero, medirá la topografía de la superficie marítima, la temperatura de la superficie marítima y terrestre y el color de la superficie oceánica y terrestre, para la predicción oceánica y como una manera de monitorizar el medioambiente y el clima.
Sentinel-5P, cuyo lanzamiento se prevé para mayo o junio, medirá la química de los elementos atmosféricos a alta resolución espacial y temporal, además de aumentar la frecuencia de observaciones libres de nubes requeridas para el estudio de la variabilidad de la troposfera. Concretamente, se espera medir el ozono, dióxido de nitrógeno, dióxido de azufre, metano, monóxido de carbono y aerosoles.
El nuevo año también traerá consigo el lanzamiento del segundo integrante de las dos parejas de satélites Copérnico. Con Sentinel-1B (abril) y Sentinel-2B (finales de año) en órbita, Europa dispondrá de una cobertura y transmisión de datos óptima desde el radar avanzado y la cámara multiespectral de alta resolución situados, respectivamente, en cada satélite.