México.- Para el próximo día 20 está previsto que el presidente de México, Enrique Peña Nieto, acuda a Davos para asistir al Foro Económico Anual, estrenando el nuevo avión presidencial, un Boeing 787-9 Dreamliner, cuya adquisición ha sido objeto de críticas en aquel país por su coste, calculado en unos 350 millones de dólares.
Siendo presidente de México Felipe Calderón Hinojosa, en 2012, se adquirió el avión por adjudicación directa a Boeing con un leasing de Banobras, pero el pasado 22 de diciembre el constructor aeronáutico estadounidense seguía con sus pruebas en la ciudad norteamericana de Dallas, en Texas.
La justificación de Calderón Hinojosa para la compra fue que ya habían fallecido en accidentes aéreos dos titulares de la Secretaría de Gobernación: Juan Camilo Mouriño, en 2008. y Francisco Blake Mora, en 2011. Por tanto, contar con un avión más moderno para el presidente era un asunto de “seguridad nacional”.
Según la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena), el coste del avión presidencial se eleva a poco más de 125 millones de dólares, pero los cálculos de la Secretaría de Hacienda triplican dicho importe, convirtiéndolo en uno de los aviones presidenciales más caros del mundo.