Los ángeles.- La Nasa lanzó, por fin, ayer, después de una semana de sucesivos aplazamientos, por las malas condiciones meteorológicas, su Desacelerador Supersónico de Baja Densidad (LDSD) desde la isla hawaiana de Kauai, adherido a un globo gigantesco, en un vuelo de prueba de las tecnologías con que espera llegar a enviar algún día tripulaciones a Marte.
El globo de helio comenzó su ascenso de cerca de dos horas y media desde una base militar en Hawái. Se trata de la segunda prueba de esta tecnología. En el primer intento, en junio del pasado año, el paracaídas se rasgó durante el descenso. La Nasa entonces modificó su diseño.
En esta segunda ocasión el paracaídas supersónico se desplegó "parcialmente", sin que la Nasa ofreciera más detalles de este segundo fracaso. Sólo se limitó a decir que "se desplegó, pero no funcionó como se esperaba. Los ingenieros tratarán de analizar lo ocurrido para aprender y tratar de solventar este problema". Un barco se encargó de recuperar el platillo volador y su caja negra para poder ser analizados y entender las causas de lo sucedido. Este vuelo de prueba ha sido el segundo de los tres previstos en el proyecto.
"Este año, la prueba se concentró en la forma en que este nuevo paracaídas supersónico funciona", había explicado anteriormente en un comunicado Mark Adler, responsable de este proyecto del Jet Propulsion Laboratory de la Nasa. Como la atmósfera de Marte no es muy densa, cualquier paracaídas destinado a suavizar la caída de una nave espacial pesada y que va a gran velocidad tiene que ser particularmente sólido.
La Nasa comenzó a probar esta tecnología desde 1976 cuando envió su misión Viking con dos robots a Marte. Pero como el objetivo es trasladar astronautas al planeta rojo hacia 2030, la agencia espacial necesita paracaídas de nueva generación, con tecnología más avanzada, que permitan a naves más grandes posarse con suavidad.
El vehículo utilizado para esta prueba, el platillo volador, pesa poco más de tres toneladas, es decir dos veces más de lo que pesan las naves de la Nasa que de hecho son capaces de tocar suelo marciano. El paracaídas es descrito por la agencia como "el mayor jamás desplegado". Tiene 30 metros de diámetro y su objetivo es "reducir la velocidad de entrada del vehículo de Mach 2 a una velocidad subsónica".