Washington.- Especialistas en balística rusos, que trabajan en conjunto con los controladores de vuelo del Centro de Control de la Misión en Houston y la Agencia Espacial Europea (ESA), continúan siguiendo la trayectoria de la nave de carga Progress M-27Ml y proporcionarán actualizaciones sobre su fecha de reingreso de manera anticipada.
La desintegración y la reentrada en la atmósfera de la nave de carga rusa que fracasó en su lanzamiento a la Estación Espacial Internacional (ISS) el pasado martes, no plantea ninguna amenaza para la tripulación de la estación orbital, según el Mando Conjunto de Operaciones Espaciales de la Fuerza Aérea de EE UU y la Nasa.
Los intentos de los controladores de tierra rusos por recuperar el control de la nave de carga ProgressM-27M no han tenido éxito, y creen no ser capaces de recuperar el control de propulsión de la misma. Como resultado, se espera que la Progress reingrese de nuevo en la atmósfera de la Tierra dentro de las próximas dos semanas.
El Mando Conjunto de Operaciones Espaciales de la Fuerza Aérea de EE UU también está realizando el seguimiento de la Progress, realizando análisis de manera conjunta, y proporcionando la advertencia de posibles colisiones en el espacio para garantizar la seguridad del vuelo espacial.
La Progress M-27M fue lanzada desde el Cosmódromo Ruso de Baikonur, en Kazajistán, rumbo a la ISS. A bordo de la Progress viajaban más de tres toneladas de combustible, oxígeno y aire, agua, equipo, piezas de repuesto y hardware para experimentos. A pesar de esta pérdida, los seis astronautas de la Expedición 43 a bordo de la ISS no se verán afectados por el momento, ya que disponen de reservas suficientes hasta la llegada de la próxima nave de carga Progress.