Madrid.- Tres ingenieros aeronáuticos recién titulados e integrantes de la octogésima promoción de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Aeronáuticos de la Universidad Politécnica de Madrid (ETSIA-UPM) participan con sus Proyectos Fin de Carrera en la undécima edición de la AIAA Pegasus Student Conference.
Juan José Matesanz, Roberto Merino y Carlos Sanmiguel representan estos días a la universidad madrileña en “un evento conocido por la alta calidad de los proyectos presentados y por la difícil competencia entre tantos alumnos de distintas universidades”, según sus palabras.
Competencia que este 2015 se materializa en 29 candidatos, representando a 14 universidades de la rama aeroespacial, en busca de ser uno de los tres mejores PFC galardonados. Los estudiantes seleccionados conforman un mapa de siete nacionalidades distintas: España (UPM, Universidad de Sevilla y Universidad de Valencia), Francia, Italia, Países Bajos, Polonia, República Checa y Suecia.
Los proyectos de los tres ingenieros de la ETSI Aeronáuticos tienen como trasfondo común conseguir una mejora de la eficiencia de las aeronaves, logrando unas mejores configuraciones estructurales que permitan reducir el consumo de combustible y por tanto, contaminando menos y siendo sus operaciones más rentables en lo económico.
Aun así, son tres propuestas muy diferentes, que focalizan en aspectos y áreas de investigación de la ingeniería aeronáutica. Juan José Matesanz, se centra en el cálculo estructural, con su PFC titulado “Determinación de la influencia del chapoteo de combustible en las características aeroelásticas de un ala”, un estudio analítico, experimental y computacional del fenómeno de sloshing que se produce en las alas de los aviones comerciales. El combustible se mueve libremente en los depósitos de los aviones situados en las alas, produciéndose ese fenómeno que aumenta el amortiguamiento del ala.
“Conseguir un mejor control del sloshing permite definir con mayor precisión la velocidad de flameo y así aumentar la velocidad máxima de vuelo o reducir la carga estructural del ala disminuyendo el peso y consumo de combustible”, explica. Durante la fase experimental del proyecto, realizado en la Escuela y en colaboración con la empresa Airbus, han desarrollado un amortiguador dinámico lineal. Matesanz cree que el intercambio de impresiones con sus compañeros europeos “enriquecerá el punto de vista de todos nosotros”.
Por su parte, Roberto Merino ha diseñado un avión de fuselaje integrado (Blended Wing Body, BWB), una aeronave que se caracteriza por integrar el ala y fuselaje en una sola superficie sustentadora sin empenaje. Este prometedor tipo de configuración no convencional permite reducir el peso estructural y, debido a su mayor eficiencia aerodinámica, presenta un menor consumo de combustible pero al mismo tiempo peores características de estabililidad y control.
Evaluar y atajar estas desventajas fue el objetivo de su PFC (“Diseño y análisis de la estabilidad y control de un avión de fuselaje integrado”) desarrollado en el KTH Royal Institute of Technology de Estocolmo (Suecia), para lo cual mejoró el programa multidisciplinar para diseño de aeronaves convencionales CEASIOM y confirmó que “el concepto BWB tiene un rendimiento satisfactorio y que esta nueva herramienta es útil para analizar aviones no convencionales en cuanto a geometría, pesos, aerodinámica, aeroelasticidad, materiales, estabilidad, control y actuaciones”.
Junto a ellos, Carlos Sanmiguel, defenderá “Medición de fluctuaciones de presión en capas límite turbulentas”, realizado durante su estancia Erasmus en el Imperial College. Consistió en adaptar y desarrollar una técnica de medición de fluctuaciones de presión en una capa límite, campo en que hay un gran vacío experimental, que había sido implementada por la universidad japonesa de Nagoya y el KTH sueco.
“Una sonda parecida a las pitot en cuyo interior se sitúa un sensor piezoresistivo que reacciona frente a los cambios de presión del exterior proporcionando una señal eléctrica y que permite tomar medidas dentro de una capa límite turbulenta causando el menor tipo de pertubaciones fue el objeto de mi estudio”, afirma. Concretamente, Carlos se encargó del diseño de la sonda con los citados requerimientos, la calibración del sistema y su prueba en el túnel de viento.
Además del premio en sí, la finalidad de la AIAA Pegasus Student Conference que trasciende la competición es la oportunidad para los estudiantes de presentar un trabajo técnico ante un público especializado. En esta línea apunta Carlos que considera que “no tenemos nada que envidiar en cuanto a preparación teórica, pero este certamen nos viene bien para soltarnos y exponer mejor en público, algo que no acostumbramos a hacer frecuentemente durante la carrera”.