Madrid.- La empresa española CESA ha conseguido de ESO (European Organisation for Astronomical Research in the Southern Hemisphere) el contrato para desarrollar y fabricar los prototipos para el soporte de los segmentos del espejo primario del Extremely Large Telescope (E-ELT), que fue oficialmente firmado durante el pasado mes de enero.
Este telescopio, que será el mayor del mundo, con un diámetro de espejo primario de 39 m (el más grande existente actualmente en el mundo tiene 10’5 m) deberá estar operativo en 2020.
El telescopio óptico, ubicado en el Desierto de Atacama (Chile), está compuesto por un espejo primario de 39 metros de diámetro y formado por 798 espejos hexagonales lo que le otorga una calidad de observación astronómica en el campo visible e infrarrojo único.
Los espejos, denominados ‘segmentos’ tienen un peso aproximado de unos 170 Kg y 55 mm de espesor. El diámetro exterior es de 39,146 metros.
Los ajustes de posición de cada espejo se deducen de las medidas en tiempo real de los “sensores de borde” (Edge Sensors) que miden las posiciones relativas de cada ‘segmento’ con requerimientos de precisión del orden del nanómetro. Estos sensores se recalibran periódicamente “on-sky” a través de los sensores de “frente de onda” proceso que desarrolla el cliente (ESO).
CESA para este contrato ha de fabricar cinco prototipos, uno para ensayos de calificación y cuatro para entrega que serán facilitadas a ESO para la realización de pruebas en su banco de ensayos en su sede de Garching (Alemania) con sus correspondientes útiles de manipulación, montaje, medición, integración y transporte.
CESA es responsable de la realización de ciertos ensayos de elevada complicación por su particularidad y que pretenden medir las performances del espejo simulando sus movimientos en la estructura del telescopio.
El Gran Telescopio de Canarias, ubicado en La Palma está formado por 36 espejos vitrocerámicos hexagonales de 1,90 m entre vértices, 8 cm de grosor, 470 kg y un tamaño de más de 10 metros de diámetro cada uno lo que le convierte en el mayor espejo segmentado construido hasta la fecha para un telescopio óptico-infrarrojo. CESA comenzó su participación en este telescopio en el año 2000 mediante la firma de un contrato para el desarrollo del soporte de los segmentos de espejo primario (M1) y el desarrollo de prototipos de actuadores de posicionamiento de estos segmentos.
El desarrollo de los sistemas electromecánicos de soporte de cada segmento y sus accionamientos de precisión actuadores (5 nano-metros) supuso un nuevo reto tecnológico para la compañía al requerir la adquisición de nuevos conocimientos y habilidades muy específicas.