Madrid.- El Supremo ha estimado parcialmente los recursos contra la sentencia de la Audiencia de Barcelona que condenó en 2012 al pago de indemnizaciones millonarias (de entre 1,5 y 5,5 millones de dólares por cada familia) a dos empresas norteamericanas fabricantes de los sistemas anticolisión de dos aviones que colisionaron cerca del lago Constanza en julio de 2002.
Las víctimas fueron en su mayoría niños y jóvenes rusos. El Supremo estima parcialmente los recursos de dichas empresas y mantiene las indemnizaciones a que debe hacer frente una de ellas (Honeywell Internacional), pero no la otra ("Aviation Communications and Surveillance Systems" -ACSS-), a quien se las reduce en un 50% por concurrencia de responsabilidad con el centro de control aéreo suizo y a la vista del derecho aplicable de Arizona. El caso se vio en Barcelona porque era el lugar de destino de uno de los aviones siniestrados.
El fallo de la Sala Civil del Tribunal Supremo declara que los defectos de los sistemas anticolisión están directamente vinculados y fueron causa del accidente aéreo conjuntamente con la actuación del centro de control aéreo de Zurich (contra quienes las víctimas estaban litigando en otro proceso administrativo seguido en Suiza, según recuerda el Supremo).
La sentencia, además, elimina del fallo de la sentencia de la Audiencia de Barcelona la declaración de que hubo defecto de diseño del dispositivo anticolisión, así como que las demandadas "no hicieron lo necesario para subsanar los problemas".