Madrid.- Tras los experimentos llamados Lichens, Lithopanspermia y Life, la Agencia Espacial Euroepa (ESA), el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), el alemán DLR, que lo lidera, y otros centros, se han unido para un nuevo experimento, llamado Biomex, en la plataforma Expose R2 de la Estación Espacial Internacional (ISS).
Las clásicas preguntas acerca de dónde venimos y adónde vamos podrían tener una sola respuesta: el espacio. Quizá la vida llegó a la Tierra desde el espacio (según la hipótesis llamada Lithopanspermia) y, probablemente, la vida humana tendrá que acomodarse a las condiciones de otros planetas cuando el nuestro se vuelva inhabitable. Por ambos motivos, es esencial conocer el comportamiento y la capacidad de supervivencia de distintas especies de organismos en las condiciones del espacio exterior.
ése es el objeto de algunos experimentos llevados a cabo en plataformas de la ESA por instituciones científicas internacionales en los últimos años.
Cerca de la medianoche de este miércoles, la nave Progress 56P, impulsada por un cohete Soyuz, saldrá del cosmódromo de Baikonur llevando la plataforma Expose R2 con Biomex y otros experimentos, cuya integración en la plataforma se ha realizado en el DLR de Colonia. En las siguientes semanas, y por medio de actividad extravehicular (Extravehicular Activity, EVA), la plataforma será acoplada al exterior del módulo ruso Swesda de la ISS, donde permanecerá durante un año y medio.
Biomex (BIOlogy and Mars EXperiment), que ha sido, en parte, financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad, tiene como objetivo principal el estudio de la capacidad de resistencia de moléculas orgánicas, tales como pigmentos y componentes celulares, proteínas y ADN, y ver cuál es el máximo nivel de estabilidad en el espacio y en condiciones ambientales simuladas de Marte (radiación ultravioleta y cósmica, vacío espacial, atmósfera de Marte y ciclos de temperatura), además del nivel de deshidratación que haya podido producirse. Como objetivo secundario se identificarán los organismos más resistentes que puedan ser relevantes para sistemas de soporte de vida en el espacio, tanto en naves espaciales como en bases en la Luna o en Marte.
El INTA ha elegido para este experimento una especie de liquen “vagante”, Circinaria gyrosa, que crece en la provincia de Guadalajara, seleccionada por su alta capacidad de supervivencia en el espacio y por su tolerancia a condiciones simuladas de Marte (según experimentos ya realizados en el INTA y en el DLR).
Los resultados servirán para explicar si el material biológico o parte de él, puede ser lo suficientemente estable para sobrevivir a las condiciones de otros planetas como Marte, y poder así ser identificados con una instrumentación adecuadamente desarrollada. Además, los resultados de Biomex serán incluidos en una base de datos universal de biomarcadores, que servirá de premisa para la búsqueda de vida en nuestro sistema solar. Misiones futuras, como la planeada por la ESA “ExoMars-Mission”, se beneficiarán definitivamente de estos datos. Esta investigación persigue aportar nuevos conocimientos al origen, evolución y posible transferencia interplanetaria de organismos en el universo.
Los resultados de experimentos semejantes anteriores, tales como Life (Lichens and Fungi Experiment) fueron presentados en una edición especial de la prestigiosa revista científica Astrobiology. Su directora de redacción y catedrática de Geología de la Portland State University, Sherry L. Cady, los calificó de “fascinantes, en tanto que ponen a prueba la capacidad de formas de vida de sobrevivir a las condiciones extremas en el espacio exterior”. “La ciencia realizada en EXPOSE-E servirá sin duda, como referencia para toda la investigación futura en órbita baja terrestre. Este tipo de actividades son fundamentales para el éxito de futuras misiones en la exploración del Sistema Solar”, añadía Sherry L. Cady.