Roma.- La compañía aérea Etihad Airways cerró ayer la compra del 49% del capital de la aerolínea italiana Alitalia y podría poner en marcha un plan de reestructuración para suprimir miles de empleos y reflotar la aerolínea italiana, con graves problemas financieros.
Tras seis meses de negociaciones, con tensiones con los bancos y los sindicatos, las dos compañías anunciaron el acuerdo que permitirá a la compañía italiana salvarse de una nueva quiebra, ya que en agosto se hubiera quedado sin liquidez, pero no fue revelado el importe ni demás detalles de la operación.
Ambas compañías anunciaron que finalizarán "en los próximos días" los detalles del acuerdo, que todavía tiene que ser aprobado por las autoridades de la competencia.
"Siempre confié y continúo confiando en el resultado positivo de la operación", dijo tras el anuncio el ministro italiano de Transportes, Maurizio Lupi, muy implicado en la misma. "Está cada vez más claro que debía llevarse a cabo este matrimonio porque cada vez era más evidente para todo el mundo que se trata de una inversión industrial importante, con perspectivas de desarrollo concretas para nuestra compañía", indicó el ministro. Próximamente me reuniré con los sindicatos y con mi colega el ministro de Trabajo, Giuliano Poletti, para estudiar la cuestión de los recortes de empleos", añadió.
Para llegar a este acuerdo, han tenido que dar su consentimiento los dos mayores bancos italianos, Intesa Sanpaolo y Unicredit, que integran el capital. El Estado, por su parte, también ha mostrado su apoyo después de que el año pasado entrara como accionista en detrimento de Air France-KLM.
Para Etihad, esta es una oportunidad de seguir ampliando su presencia en Europa, donde ya posee el 29% de Air Berlin y el 3% de la irlandesa Aer Lingus. Con Alitalia, da un salto de las compañías de bajo coste a otra de mayor proyección internacional. Por ello, se potenciarán las rutas de largo recorrido a costa de las cortas. Etihad tendrá que invertir 1.250 millones de euros en los próximos cuatro años.
Los puntos más conflictivos en las negociaciones que empezaron el año pasado han sido la enorme deuda de la compañía nacional italiana (cerca de 1.000 millones de euros) y la cuestión de los despidos. Aunque Alitalia nunca ha hablado públicamente del número de esos despidos, su administrador delegado, Gabriele del Torchio, advirtió a principios de junio que la reestructuración será "compleja y dolorosa porque no hay "otra alternativa". Según Del Torchio se podrían suprimir hasta "2.200 puestos de trabajo estructurales" de una plantilla total de 12.800 personas.