Nueva York.- Los líderes de la industria de la aviación, tras la desaparición hace un mes del avión B777-200 de la compañía aérea Malaysia Airlines, están buscando procedimientos que en el futuro impidan que cualquier persona pueda desactivar los sistemas fundamentales de seguridad y comunicación de un avión.
Según publica el diario The Wall Street Journal, los potenciales cambios contemplan que los sistemas de comunicación por satélite y los transpondedores que se comunican con radares de control de tráfico aéreo sean a prueba de manipulaciones indebidas.
Para algunos modelos, el rediseño podría ampliarse para proteger más la integridad de las "cajas negras" que registran los datos de vuelo, las voces de los pilotos y otros sonidos de la cabina.
El objetivo principal es hacer que sea prácticamente imposible para las tripulaciones de vuelo o los pasajeros apagar la corriente eléctrica que alimenta estos aparatos durante el vuelo al retirar los interruptores que actualmente se pueden controlar en la cabina.
No ha habido un consenso sobre la necesidad de estos cambios costosos y complicados, y menos sobre quién los financiaría. Representantes de la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) y la Junta Nacional de Seguridad del Transporte (NTSB) se han negado a hablar de su participación en la investigación sobre el vuelo de Malaysia Airlines, incluyendo posibles recomendaciones de seguridad, según constata el periódico neoyorquino.
De todos modos, la discusión de los posibles cambios refleja cómo la desconcertante desaparición del B777 y su presunto hundimiento en el océano índico -uno de los acontecimientos más enigmáticos de la era moderna de la aviación- han alterado los principios tradicionales del diseño de aviones y de la investigación de accidentes.
"Nunca dialogábamos sobre la posibilidad de que alguien desactivara deliberadamente cualquier sistema vital de comunicación de un avión", señala Ray Valeika, ex director de mantenimiento e ingeniería de Delta Air Lines
"El elemento más importante es hacer que los sistemas relevantes verdaderamente sean a prueba de manipulación", dice Harold Demuren, ex director de aviación civil de Nigeria. "Tenemos toda la tecnología necesaria para lograr eso". Mientras tanto, muchos sistemas dependen de interruptores fácilmente accesibles para permitir a los pilotos aislar o desactivar rápidamente los equipos en caso de humo o incendios durante el vuelo.
El sistema de comunicación por satélite Acars (Aircraft Communications Addressing and Reporting System), que dejó de enviar datos del B777, normalmente transmite información de mantenimiento y actualizaciones sobre la condición operativa de la aeronave. Se puede desactivar con una serie de teclas en el ordenador de a bordo. No obstante, para acceder a los interruptores de las grabadoras del avión, uno tiene que entrar en un compartimento de electrónicos ubicado debajo del suelo de la cabina.
Una generación más nueva de aviones comerciales, incluído el 787 de Boeing, cuenta con interruptores controlados por software. Aun así, la mayoría de los aviones más populares en funcionamiento, incluyendo versiones actuales de los Boeing 737 de un pasillo y los A320, ofrecen acceso directo en la cabina a interruptores eléctricos para sistemas como el transpondedor, las dos grabadoras y Acars, según indica TWSJ.