Darmstadt.- Sentinel-1A se lanzará el miércoles por la noche a bordo de un Soyuz desde el Puerto Espacial Europeo en Kourou, Guayana Francesa. El satélite se separará de la etapa superior del lanzador apenas 25 minutos después del despegue, a una altitud de 690 kilómetros.
El momento de la separación marcará el comienzo de la fase ‘LEOP’ -la crítica fase de lanzamiento y operaciones iniciales- en la que el ESOC, el centro de operaciones de la ESA en Darmstadt, Alemania, tomará el control del satélite.
Durante las primeras órbitas de Sentinel-1A, los controladores de la misión desplegarán los dos paneles solares que suministrarán potencia eléctrica al satélite y abrirán las dos mitades de la antena del radar.
Tras su lanzamiento, los primeros días en órbita de Sentinel-1A serán unos de los más frenéticos que se recuerden. Los equipos de control de la misión trabajarán día y noche para cuidar al satélite durante sus primeras horas en el espacio, especialmente críticas.
El satélite Sentinel-1A de la ESA forma parte del programa Copérnico de la Comisión Europea, y es el primero de los dos que formarán la primera constelación para monitorizar la superficie de la tierra y de los océanos con un avanzado radar capaz de tomar imágenes en cualquier condición meteorológica.
“Esta secuencia de despliegue es mucho más compleja que las de mis misiones anteriores, y requiere un total de 10 pasos intercalados para desplegar los paneles solares y la antena del radar”, explica Ian Shurmer, Responsable de las Operaciones del Satélite.
“Primero hay que liberar, desplegar y orientar hacia el Sol cada uno de los dos paneles solares. Por otra parte, también tenemos que liberar las dos mitades de la antena del radar y desplegarlas en dos fases independientes. Los dos procesos están intercalados para evitar que los distintos componentes choquen entre sí”.
La gran complejidad de esta secuencia requiere que durante las primeras 11 horas en órbita los ingenieros controlen cada paso de forma individual, en lugar de llevar a cabo una secuencia automática de despliegue, como ocurre normalmente en otras misiones con un diseño más simple.
Durante la fase LEOP los ingenieros también trabajarán día y noche para encender los sensores de estrellas y los receptores GPS, y para evaluar el estado del satélite tras el lanzamiento.
“Al tercer día el satélite entrará en el ‘modo nominal de misión’, y nosotros dejaremos la Sala de Control Principal para instalarnos en una sala dedicada a Sentinel, desde donde controlaremos las tareas para poner en servicio el radar”, añade Shurmer.
El equipo de control está formado por ingenieros especializados en las operaciones de la misión, apoyados por expertos en dinámica del vuelo, estaciones de seguimiento, sistemas software y muchas otras áreas específicas.
“Somos realmente un ‘equipo de equipos’ y, cuando llegue el momento del lanzamiento, habremos completado más de 22 sesiones de simulación”, comenta Pier Paolo Emanuelli, Director de Vuelo.
“La mayor parte de estas sesiones de entrenamiento están diseñadas para aprender a reaccionar ante cualquier imprevisto, por lo que todo el equipo estará perfectamente preparado para el lanzamiento”.
El último ensayo general se realizará el 1 de abril y contará con la participación de los equipos en el ESOC, en Kourou y en las estaciones de seguimiento en Suecia, Alaska, Noruega y la Antártida.
“Hemos llegado hasta este punto gracias al duro trabajo de los equipos responsables de la misión y de la carga útil, y de nuestros compañeros de la industria y de Arianespace”, concluye Paolo. “Esperamos que el lanzamiento sea excelente”.