Madrid.- Boeing se adelantó en la introducción de robots en los procesos de producción de sus aviones. La constructora aeronáutica norteamericana presentó en el pasado mes de mayo dos robots utilizados en la cadena de ensamblaje de su B777 en Seattle; uno pintaba las alas del avión y el otro hacía los agujeros para remaches en la junta de las piezas.
Ahora es su competidor europeo, Airbus, el que acaba de anunciar la incorporación a su factoría gaditana de Puerto Real de dos robots fabricados por la japonesa Kawada Industries Inc., especializada en aeronáutica y en robots androides. El primero de ellos, con dos brazos diseñados para automatizar procesos de montaje aeronáutico y trabajar en el mismo entorno y espacio que un hombre, llegó a finales de enero a la planta gaditana donde se montan los largueros de los timones del A380.
Airbus apuesta así por la innovación tecnológica, con su proyecto Futurassy, que cuenta con la colaboración de la Corporación Tecnológica de Andalucía (CTA), una Fundación privada promovida por la Consejería de Economía, Innovación y Ciencia de la Junta de Andalucía para potenciar la colaboración entre el entorno científico y el productivo como vía para dar respuesta a las necesidades de innovación y desarrollo de la sociedad andaluza. Agrupa a los investigadores de las universidades y centros de investigación, a las empresas con vocación innovadora, a entidades financieras y a la Administración Pública, en una gran alianza por la innovación, la investigación y el desarrollo.
La robótica industrial se remonta a los años 60 del pasado siglo con el sector automovilístico, pero en los últimos años también ha penetrado otros sectores con soluciones de automatización, destinadas a aumentar la eficiencia y productividad. Hoy día basta visitar cualquier planta industrial -del sector que sea- de un país tecnológicamente avanzado para contemplar un proceso de producción absolutamente automático y robotizado.
La aeronáutica produce mucho más despacio sus aviones que la industria automovilística sus coches. Evidentemente, se ha incorporado tarde a la automatización. Actualmente, el "90% del avión se monta manualmente, al contrario de lo que ocurre en la producción de los coches alemanes BMW, donde el 95% de cada vehículo es ensamblado por un robot; pero en cinco o diez años, se verá un cambio decisivo en el proceso de fabricación”, dijo Jason Clark, director de producción del 777, quien se ha inspirado en la cadena de producción del fabricante germano, altamente robotizado.
La fabricación del B777, uno de los aviones más populares del mundo, viene urgida por el ritmo de la demanda. Esto ha implicado un reciente aumento de la tasa de producción al centenar de aviones por año. Para adaptarse a ese incremento los distintos directores de programas necesitaban un procedimiento más eficaz para pintar las alas del avión.
La solución fue construir una instalación equipada con robots pintores. Es el sistema denominada Automated Spray Method (ASM), que supone todo un avance en tiempo y una reducción considerable de mano de obra y de grúas. Pero la velocidad y el tiempo no son los únicos beneficios. Los robots garantizan una precisión milimétrica en cada ala. Y la capacidad de hacer varias tareas a la vez significa un trabajo de pintura de mayor calidad.