Darmstadt.- El próximo 20 de enero, tras 957 días de hibernación en el espacio profundo, la sonda Rosetta, de la Agencia Espacial Europea (ESA), se despertará de forma automática. Rosetta lleva casi una década viajando hacia su destino, el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko.
El hito del 20 de enero marcará el inicio de un año intenso para Rosetta, a medida que se acerca al cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko. El encuentro entre ambos tendrá lugar en agosto de 2014. Tras una fase inicial de mapeado de la superficie Rosetta liberará el módulo de aterrizaje Philae en noviembre de 2014, para estudiar muy de cerca el núcleo del cometa. Después, durante los meses posteriores, Rosetta seguirá al cometa a lo largo de su viaje a través del sistema solar interior, registrando todos sus cambios a medida que se calienta. El máximo acercamiento al Sol se producirá en agosto de 2015.
El principal objetivo de Rosetta es ayudar a entender el origen y la evolución del sistema solar. En particular, Rosetta investigará el papel que pueden haber jugado los cometas a la hora de traer el agua a la Tierra, y quizá incluso la vida.
Con Rosetta se baten varios récords en la exploración del espacio. Es, por ejemplo, la primera misión en llegar más allá del cinturón principal de asteroides propulsándose solo mediante paneles solares, que funcionan a 800 millones de kilómetros del Sol.
Cuando llegue al cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, Rosetta se convertirá en la primera misión que orbitará el núcleo de un cometa y en lanzar un módulo de aterrizaje a su superficie. Esto hace de Rosetta una de las misiones más complejas y ambiciosas jamás realizadas.
Aproximarse a un cometa, orbitarlo y aterrizar en su núcleo requiere maniobras muy delicadas; además, dado que se sabe muy poco sobre cómo es la superficie de los cometas, el aterrizaje solo puede planificarse una vez allí. El módulo de aterrizaje Philae obtendrá las primeras imágenes in-situ de la superficie de un cometa, y también llevará a cabo el primer análisis de su composición con muestras extraídas con un taladro.
Por último, Rosetta será la primera sonda en contemplar desde muy cerca los cambios que sufre un cometa cuando se somete a la intensidad creciente de la radiación solar.