Madrid.– El pasado jueves el lanzador ruso Dnepr fue lanzado desde la base rusa de Yasny con 23 satélites de 19 países a bordo, entre ellos el nanosatélite español Optos, del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), que realizará experimentos magnéticos, ópticos y de radiación.
Optos es un proyecto de i+D que abre una nueva línea de desarrollo de nanosatélites dentro del programa de Pequeños Satélites del INTA. Los objetivos de la primera misión son calificar el demostrador tecnológico y realizar experimentos en tres campos: magnetismo, óptica y radiación.
El grupo de trabajo encargado del desarrollo está constituido por personal de los diversos Departamentos del INTA, tanto en su parte de gestión e ingeniería de sistemas, como en la parte de desarrollos tecnológicos de plataforma y cargas útiles.
También se ha contado con la colaboración puntual de algunas empresas del sector; en concreto, Thales Alenia Space, Sener y TTI Norte.
El satélite Optos sigue el estándar CubeSAT 3U (dimensiones: 10 x 10 x 34,5 cm; peso: 3,8 kg). Con este desarrollo se ha conseguido integrar un amplio número de experimentos científicos y subsistemas novedosos y tecnológicamente avanzados dentro de una plataforma de dimensiones muy reducidas. El resultado final es uno de los satélites cubesat más avanzados a nivel mundial que se ha realizado hasta el momento.
Esta configuración permite dar un acceso rápido, de bajo coste y fiable al espacio y proporciona una amplia capacidad de experimentación en vuelo en muy diversos campos. Además, integra soluciones novedosas, como la estructura de fibra de carbono, la gestión de datos distribuida y las comunicaciones ópticas inalámbricas.
En la primera misión se incluyen cuatro experimentos:
– APIS: cámara sin control térmico activo capaz de tomar imágenes pancromáticas con una resolución de 200 m, en un rango de temperaturas de ±20º C.
– ODM: medidor de dosis total acumulada, basado en sensores RadFET, que permite conocer la radiación a la que está sometida la electrónica que conforma diferentes partes del satélite.
– GMR: permite validar en vuelo un diseño de sensor magnético en el rango de 100 µT, basado en el uso de magneto-resistencias gigantes.
– FIBOS: medidor de temperatura mediante el uso de redes de Bragg grabadas en el núcleo de una fibra óptica.
Con anterioridad a su lanzamiento al espacio, a finales de octubre, se llevó a cabo un ensayo de misión, con el objetivo de probar el sistema completo, segmento terreno y segmento vuelo, simulando el entorno y las condiciones reales que encontrará el satélite una vez puesto en órbita. Tras él ha tenido lugar la calificación ambiental final, que incluye termo-vacío, vibración y ensayos magnéticos.