Everett.- La mayoría de los 32.000 trabajadores integrados en el sindicato de mecánicos y trabajadores aeronáuticos IAM de la región de Seattle rechazaron el pasado jueves por un 67% el acuerdo que aseguraba la producción del nuevo avión 777X en las históricas instalaciones de Everett y Puget Sound.
Boeing no ha podido evitar los estigmas de la huelga que en 2008 paralizó considerablemente la producción del 787 Dreamliner. El constructor aeronáutico norteamericano había condicionado la producción de su nuevo avión 777X en Seattle a la firma de un acuerdo con el poderoso sindicato de mecánicos IAM garantizándole la paz social hasta 2024.
En un comunicado, el director de la división de Aviación Comercial de Boeing, Ray Conner, ha señalado su decepción por este voto mayoritario en contra de las ayudas del Estado de Washington de más de 8 millones de dólares y del acuerdo favorable del delegado general del IAM para el distrito 751, que representa a 35.000 trabajadores actuales y jubilados de Boeing en ese Estado.
Como primera medida tras este rechazo, Boeing va a reabrir de inmediato las negociaciones con los diferentes centros de producción dispuestos a fabricar el nuevo avión. La planta de Charleston, en Carolina del Sur, se presenta como favorita. Construida hace sólo unos años para la fabricación del 787 Dreamliner, en ella, aún no se ha consolidado el fermento sindical. “Todas las opciones están abiertas”, ha dicho Conner.