París.- El satélite GOCE de la Agencia Espacial Europea (ESA), al término de sus cuatro años de misión, se desintegró ayer en las capas altas de la atmósfera sin ocasionar ningún daño en la Tierra, según informó la ESA.
Preocupaba que sus fragmentos, algunos de los cuales podían alcanzar los 90 kilos de peso, cayeran sobre la Tierra, pero la ESA que ha liderado la misión, había indicado que el riesgo era mínimo.
El satélite, de 1,2 toneladas de peso, fue lanzado al espacio en marzo del 2009 desde el cosmódromo ruso de Plesetsk a bordo del cohete Rokot con la misión de observar las variaciones de la gravedad terrestre y realizar un completo mapa de la misma. La tarea duraría en principio 20 meses, pero al final se extendió hasta 55 meses durante los cuales ha cumplido su misión de captar datos para conocer mejor la estructura interna de la Tierra y estudiar los terremotos, los volcanes, los océanos, el clima y la circulación oceánica.
Goce se había quedado sin combustible hace varias semanas, comenzando su descenso hacia la Tierra arrastrado por la gravedad. No había forma de calcular con exactitud el punto exacto de caída. Se sabía que la fricción con la atmósfera desintegraría la mayor parte del satélite, pero algunas partes podían llegar enteras a impactar contra el suelo de nuestro planeta.
La ESA aseguró ayer que gran parte de los 1.200 kilos del satélite se desintegraron en la atmósfera. Solo un 25% se ha estrellado contra el suelo, pero en zonas remotas y sin causar daños. Su órbita final cruzó Siberia, la zona occidental del Océano Pacífico, el Océano índico y el Antártico, señaló Heiner Klinkrad, encargado de desechos espaciales de la agencia.
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