Chicago.- La dirección del constructor aeronáutico norteamericano Boeing ha escarmentado en cabeza propia y ha anunciado a sus empleados que quiere mantener el control del diseño del futuro avión 777X por lo que éste será realizado por sus propios ingenieros para evitar a cualquier precio reproducir los errores registrados con el 787 Dreamliner.
En un correo electrónico enviado a los empleados por dos directivos, Mike Delaney, vicepresidente de Ingeniería de la División Comeercial y Scott Fancher, vicepresidente y director general de Desarrollo del 777X, se comunica la decisión de que una gran parte del diseño del nuevo avión sea realizada por los equipos de ingeniería de Boeing en Charleston, Huntsville, Long Beach, Filadelfia y San Luis. El Centro de Diseño de Boeing en Moscú también apoyará la actividad de diseño.
Esta decisión de controlar el diseño del avión tiene su origen en los numerosos problemas técnicos registrados con el B787 Dreamliner. La mayor parte se dejó en manos de subcontratas, cerca del 80%, y a ello se han debido en gran medida los inconvenientes surgidos.
Boeing reconoce sus fallos sin rodeos. Le han ocasionado perjuicios como lo sucedido recientemente en Japón, dando bazas a su principal competidor, el constructor aeronáutico europeo Airbus. "Saquemos provecho de las lecciones aprendidas con el 787 y el 747-8 para asegurar la continuidad del trabajo a través del programa 777X," se dice en el escrito enviado.