Tokio.- La Agencia Espacial Japonesa (JAXA) tiene todo listo para el lanzamiento el próximo año de la sonda Hayabusa 2, cuya misión será crear un cráter en la superficie de un asteroide y recogerá muestras gracias a sus instrumentos de teledetección y un rover, para regresar en el año 2020.
Un hito similar fue logrado con la sonda Hayabusa 1, que en 2010 retornó con muestras del asteroide Itokawa. En esa misión anterior hubo un problema a causa de una fuga de combustible y, además, falló la maniobra de aproximación. La sonda japonesa Hayabusa1 fue la primera en traer a la Tierra muestras de la superficie de un asteroide. Aunque la cantidad de materia recogida fue minúscula, demostró que una nave de bajo presupuesto era capaz de llevar a cabo una misión altamente compleja.
El asteroire elegido para la nueva misión es una roca de 920 metros de largo y tiene unos de 4.500 millones de años de antigüedad. La sonda realizará catas del terreno extrayendo materiales bajo la superficie. Los científicos trabajan para lograr una versión mejorada del motor de iones y del sistema de guiado.
Tras realizar un sobrevuelo de la Tierra en 2015 para cambiar su órbita, la Hayabusa 2 usaría sus motores iónicos para acercarse al pequeño astro en 2018. La sonda estudiaría el asteroide durante un año aproximadamente antes de regresar a la Tierra en 2020 con muestras de la superficie en su interior.
Esta vez, el sistema de recogida de muestras será distinto al anterior y descenderá suavemente hasta la superficie antes de ser detonado, como explica Takanao Saiki, científico japonés de la JAXA: “La velocidad de la sonda es de más de 2.000 metros por segundo, con una configuración tal como la habíamos planeado. Estamos satisfechos con los resultados de las pruebas. Al hacer un cráter artificial, podremos obtener materiales que proporcionarán nuevos datos y conocimientos“.
El interés de esta misión es obvio, pues permitirá obtener datos de primera mano de otro asteroide que no sólo se podrían comparar con los traídos por la sonda Hayabusa 1, sino que, además, nos darían más información acerca de la formación del Sistema Solar.
A diferencia de la primera misión, Hayabusa 2 incorporará una masa de 10 kg que impactará contra el asteroide nada más llegar, creando un cráter en el proceso. De esta forma la sonda podrá recoger tanto regolito superficial como pequeños guijarros del interior del asteroide. Para captar las muestras, la Hayabusa original disponía de un tubo por donde se deslizaba una bola que, al chocar con el regolito, mandaba algunas motas de polvo hasta la cápsula donde se guardaban las muestras. Hayabusa 2 usará una masa cónica de 3 kg en vez de esférica.
Por otro lado, en vez de una antena parabólica convencional, tendrá una antena de alta ganancia en fase similar a la de la malograda sonda Akatsuki. El empuje de los motores iónicos aumentará mil veces, desde los 10 micronewton hasta los 10 milinewton. También dispondrá de una o dos sondas superficiales, Minerva-2 y Mascot, un robot construido por el DLR alemán, aunque todavía se estudia si incluir un rover.